Los idus de Marzo - George Clooney
Hoy os traigo una reseña de una de las candidatas a Mejor película dramática en los próximos Globos de Oro. Dirigida por George Clooney y guionizada por el propio Clooney, con la colaboración de Grant Heslov y de Beau Williams, que es el autor de la obra en la que se basa esta película.
No quiero que haya engaños a lo largo de la reseña. La película no es mala. Está bastante bien y Clooney consigue una seña en su rol de director a base de aplicar los mimos procedimientos. Consigue que la película tenga unas características reconocibles sin que parezca cutre.
¿Y de qué va?
Los idus de Marzo trata de cómo Stephen Meyers (Ryan Gosling) trabaja como director de comunicación para un candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Mike Morris (George Clooney), y de cómo la trama se va enrevesando y acaba enfrentándose a un dilema que lo divide entre el éxito y la integridad.
Y pensaréis que no parece especialmente original. Y no, no lo es. La película es bastante normalita. Supongo que si no tuviera una nominación a mejor drama de 2011 nunca me hubiera molestar en verla, la verdad. Clooney nunca me ha apasionado como actor, aunque me gusten mucho varias películas que lo tienen en su reparto (O Brother, Los hombres que miraban fijamente a las cabras y Ocean's Eleven, por citar unos cuantos ejemplos), y desconfiaba un poco de su talento para la dirección, pero admito que no tengo demasiadas quejas sobre cómo ha decidido conducir la película.
¿Qué tiene de malo?
De malo tiene un ritmo que está completamente estancado. La película dura una hora y cuarenta minutos, y las tramas empiezan a resolverse a partir de la hora y cuarto. Hasta entonces se dedica a presentar las tramas. Es verdad que en la última media hora pasan muchas cosas, que la historia toma todas las variables abiertas, que es entretenido y que el producto final es... resultón; pero no creo que sea justificable dedicar más de dos tercios de la película a la introducción o, a lo sumo, a introducción mezclada con parte de desarrollo.
Podría intentar argumentarse que la película intenta huir del sencillo esquema de «planteamiento-desarrollo-desenlace», pero, personalmente, creo que sería una opinión equivocada. En esencia, quiebros y giros políticos aparte, la película es bastante sencilla e incluso el dilema es algo tosco. En cualquier caso, hasta el minuto 50 no hay ninguna duda; es pura presentación. 50 minutos de 100. A partir de aquí, hay entre 5 y 15 minutos de presentación-desarrollo de la que hablaba antes. Y luego, bajo una presión progresivamente mayor, todo se acerca alocadamente hasta el final.
Los puntos fuertes
El reparto:
Creo que Clooney tenía muy claros cuáles iban a ser los puntos a favor de su película. Para empezar, el reparto, que es excelente, incluyendo al magnífico Philip Seymour Hoffman (el criado del Gran Lebowsky y el protagonista de la extraña, peculiar y misteriosa Synechdoche, New York) que interpreta al jefe de campaña del candidato, para el que trabaja directamente el personaje de Ryan Gosling. Ryan lleva a cabo un papelón impresionante: el personaje sobrio, sin ánimo de comerse la pantalla destaca en unos largos (larguísimos, a veces) primeros planos y lentos acercamientos de la cámara desde una primera vista bastante alejada. Dice mucho sin, muchas veces, decir nada.
La temática:
La política siempre genera tensión, ya sea en una acalorada discusión de bar o en la intimidad de una sala de cine. Clooney lo sabía, así que calculó mucho qué decía y cómo. Para empezar, separa acertadamente la película de los republicanos y de los demócratas; aquí, como quien dice, hay mierda para todos. Prosigue por un alarde de triquiñuelas y mentiras y por alguna frase que, al menos, resulta llamativa. Hay una que, más o menos, dice: «Puedes declarar una guerra. Puedes romper la economía. Puedes mentir. Puedes poner los cuernos. Pero lo que no puedes hacer, es follarte a una ayudante». Dicho así, es una frase maravillosa. Políticos, votantes y su doble moral. Maravilloso.
Los puntos negativos
El ritmo:
La película no se soporta bien a sí mismo. Quizá afecte a esto —demasiado— el siguiente punto que voy a comentar, y no sea el ritmo en sí el punto negativo. La sensación que se me quedó, no obstante, es que en gran parte de la película no sucedía nada que, realmente, tuviese importancia para la trama, para el desarrollo del argumento o la psicología de sus personajes, que solo era relleno.
El romance:
Los idus de Marzo tiene un argumento central muy, muy claro; y las subtramas —simples, pobres, aburridas y poco interesantes— ahogan el pilar central. Uno no puede construir una intriga política decente y poner un romance aburrido y sin matices en medio... como para hacer tiempo. ¿Que luego tiene cierta importancia? Pues es verdad, pero es que también habría tenido importancia si no hubiera parecido completamente absurdo. Además, personalmente, me parece que hay química cero entre los 'amados'.
La grandilocuencia:
Y es que en gran parte de la película me pareció que Clooney pensaba que esta historia era la leche. Algo así como Cameron y su Avatar. Que lo estaba cambiando todo, que los fans del cine político iban a descubrir la piedra filosofal. Hay escenas en las que su grabación resulta ostentosa, en la que parece que intentan insinuar al espectador que acaba de presenciar un momento especial, un momento clave de la película. Quizá, sencillamente, no le cogí el punto a la historia, pero me pareció que Clooney creía que la historia era más profunda de lo que a mí me pareció.
Nota sobre el título: «los idus» eran días marcados del calendario romano, un día cada mes. Julio César fue traicionado y asesinado en los idus de Marzo. Sabiendo esto, puede quedar la duda de qué significa el final. A priori no parece lógico que el protagonista vaya a hundir —o a intentarlo— la carrera del candidato, técnicamente ya no tiene razones para hacerlo, pero la película tiene un título muy... evocador, ¿no? Que cada cual piense lo que quiere.
Premios:
—Por lo pronto, 4 nominaciones a los Globos de Oro: Mejor Película dramática, mejor director, mejor guión y mejor actor protagonista en una película dramática (Ryan Gosling).
Nota: 6. La película cumple. Sin más. Un gran reparto y un manejo aceptable de las tramas políticas la sostienen del lastre que suponen otros puntos.
Otras películas de 2011:
— Caballo de batalla.
— La invención de Hugo.
— Los idus de Marzo.
— Drive.
— Criadas y señoras.
No quiero que haya engaños a lo largo de la reseña. La película no es mala. Está bastante bien y Clooney consigue una seña en su rol de director a base de aplicar los mimos procedimientos. Consigue que la película tenga unas características reconocibles sin que parezca cutre.
¿Y de qué va?
Los idus de Marzo trata de cómo Stephen Meyers (Ryan Gosling) trabaja como director de comunicación para un candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Mike Morris (George Clooney), y de cómo la trama se va enrevesando y acaba enfrentándose a un dilema que lo divide entre el éxito y la integridad.
Y pensaréis que no parece especialmente original. Y no, no lo es. La película es bastante normalita. Supongo que si no tuviera una nominación a mejor drama de 2011 nunca me hubiera molestar en verla, la verdad. Clooney nunca me ha apasionado como actor, aunque me gusten mucho varias películas que lo tienen en su reparto (O Brother, Los hombres que miraban fijamente a las cabras y Ocean's Eleven, por citar unos cuantos ejemplos), y desconfiaba un poco de su talento para la dirección, pero admito que no tengo demasiadas quejas sobre cómo ha decidido conducir la película.
¿Qué tiene de malo?
De malo tiene un ritmo que está completamente estancado. La película dura una hora y cuarenta minutos, y las tramas empiezan a resolverse a partir de la hora y cuarto. Hasta entonces se dedica a presentar las tramas. Es verdad que en la última media hora pasan muchas cosas, que la historia toma todas las variables abiertas, que es entretenido y que el producto final es... resultón; pero no creo que sea justificable dedicar más de dos tercios de la película a la introducción o, a lo sumo, a introducción mezclada con parte de desarrollo.
Podría intentar argumentarse que la película intenta huir del sencillo esquema de «planteamiento-desarrollo-desenlace», pero, personalmente, creo que sería una opinión equivocada. En esencia, quiebros y giros políticos aparte, la película es bastante sencilla e incluso el dilema es algo tosco. En cualquier caso, hasta el minuto 50 no hay ninguna duda; es pura presentación. 50 minutos de 100. A partir de aquí, hay entre 5 y 15 minutos de presentación-desarrollo de la que hablaba antes. Y luego, bajo una presión progresivamente mayor, todo se acerca alocadamente hasta el final.
Los puntos fuertes
El reparto:
Creo que Clooney tenía muy claros cuáles iban a ser los puntos a favor de su película. Para empezar, el reparto, que es excelente, incluyendo al magnífico Philip Seymour Hoffman (el criado del Gran Lebowsky y el protagonista de la extraña, peculiar y misteriosa Synechdoche, New York) que interpreta al jefe de campaña del candidato, para el que trabaja directamente el personaje de Ryan Gosling. Ryan lleva a cabo un papelón impresionante: el personaje sobrio, sin ánimo de comerse la pantalla destaca en unos largos (larguísimos, a veces) primeros planos y lentos acercamientos de la cámara desde una primera vista bastante alejada. Dice mucho sin, muchas veces, decir nada.
La temática:
La política siempre genera tensión, ya sea en una acalorada discusión de bar o en la intimidad de una sala de cine. Clooney lo sabía, así que calculó mucho qué decía y cómo. Para empezar, separa acertadamente la película de los republicanos y de los demócratas; aquí, como quien dice, hay mierda para todos. Prosigue por un alarde de triquiñuelas y mentiras y por alguna frase que, al menos, resulta llamativa. Hay una que, más o menos, dice: «Puedes declarar una guerra. Puedes romper la economía. Puedes mentir. Puedes poner los cuernos. Pero lo que no puedes hacer, es follarte a una ayudante». Dicho así, es una frase maravillosa. Políticos, votantes y su doble moral. Maravilloso.
Los puntos negativos
El ritmo:
La película no se soporta bien a sí mismo. Quizá afecte a esto —demasiado— el siguiente punto que voy a comentar, y no sea el ritmo en sí el punto negativo. La sensación que se me quedó, no obstante, es que en gran parte de la película no sucedía nada que, realmente, tuviese importancia para la trama, para el desarrollo del argumento o la psicología de sus personajes, que solo era relleno.
El romance:
Los idus de Marzo tiene un argumento central muy, muy claro; y las subtramas —simples, pobres, aburridas y poco interesantes— ahogan el pilar central. Uno no puede construir una intriga política decente y poner un romance aburrido y sin matices en medio... como para hacer tiempo. ¿Que luego tiene cierta importancia? Pues es verdad, pero es que también habría tenido importancia si no hubiera parecido completamente absurdo. Además, personalmente, me parece que hay química cero entre los 'amados'.
La grandilocuencia:
Y es que en gran parte de la película me pareció que Clooney pensaba que esta historia era la leche. Algo así como Cameron y su Avatar. Que lo estaba cambiando todo, que los fans del cine político iban a descubrir la piedra filosofal. Hay escenas en las que su grabación resulta ostentosa, en la que parece que intentan insinuar al espectador que acaba de presenciar un momento especial, un momento clave de la película. Quizá, sencillamente, no le cogí el punto a la historia, pero me pareció que Clooney creía que la historia era más profunda de lo que a mí me pareció.
Nota sobre el título: «los idus» eran días marcados del calendario romano, un día cada mes. Julio César fue traicionado y asesinado en los idus de Marzo. Sabiendo esto, puede quedar la duda de qué significa el final. A priori no parece lógico que el protagonista vaya a hundir —o a intentarlo— la carrera del candidato, técnicamente ya no tiene razones para hacerlo, pero la película tiene un título muy... evocador, ¿no? Que cada cual piense lo que quiere.
Premios:
—Por lo pronto, 4 nominaciones a los Globos de Oro: Mejor Película dramática, mejor director, mejor guión y mejor actor protagonista en una película dramática (Ryan Gosling).
Nota: 6. La película cumple. Sin más. Un gran reparto y un manejo aceptable de las tramas políticas la sostienen del lastre que suponen otros puntos.
Otras películas de 2011:
— Caballo de batalla.
— La invención de Hugo.
— Los idus de Marzo.
— Drive.
— Criadas y señoras.
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