El maquinista de La General - Buster Keaton
El maquinista de la general es una película de 1926 de Buster Keaton y Clyde Bruckman, quienes además son los guionistas de la misma. La compré con una colección de cine de El País de Grandes Directores, y aunque varias de ellas me han parecido muy sobravaloradas, la gran mayoría de las que he visto me han parecido increíbles. El maquinista pertenece a este grupo mayoritario.
El maquinista de la general tiene una idea muy simple de fondo. Johnny Gray es un maquinista de los estados sureños, enamorado de su locomotora y de su novia, Annabelle. Cuando la guerra los alcanza, por mantener las apariencias con la familia de la moza intenta ingresar en el ejército, pero se lo niegan, porque es más útil como maquinista. Annabelle lo deja porque cree que no ha tenido valor para hacerlo. Los unionistas toman el tren y Johnny tendrá que demostrar su valor salvando a sus dos amores.
Todo lo demás es Keaton. El carisma de Johnny Gray, tan de cine mudo. Esa exageración expresiva, un fantástico acompañamiento musical a piano de William P. Perry —algo en lo que el cine mudo destacaba ampliamente— y esos toques de comedia romántica y aventura pasados por el filtro temporal de los años 20, que le aporta un aire adorable. El gancho de lo añejo, el encanto de lo antiguo
Una hora y cuarto de visionado con un ritmo deliciosas, unas escenas tiernas, heroicas y divertidas y un genio, Keaton, que consigue que las vías del tren sean un paisaje de ensueño en el que quepan sin forzar todas sus cabriolas, físicas o narrativas.
Y, como colofón, una película legalmente disfrutable en estas anchas vías en las que se ha convertido la red:
Ésta es la versión completa, de 107 minutos, que siempre llegó a España truncada (entre 75 y 83 minutos, según veo). Está en inglés, pero bueno... es cine mudo. Hay sólo unos cuantos carteles que leer y con un nivel bajo es más que suficiente.
Nota: 8. Una película muy (pero muy-muy) divertida, entretenida y con un Keaton genial con su máscara de maquinista enamorado viviendo aventuras y penurias por sus grandes amores.
El maquinista de la general tiene una idea muy simple de fondo. Johnny Gray es un maquinista de los estados sureños, enamorado de su locomotora y de su novia, Annabelle. Cuando la guerra los alcanza, por mantener las apariencias con la familia de la moza intenta ingresar en el ejército, pero se lo niegan, porque es más útil como maquinista. Annabelle lo deja porque cree que no ha tenido valor para hacerlo. Los unionistas toman el tren y Johnny tendrá que demostrar su valor salvando a sus dos amores.
Todo lo demás es Keaton. El carisma de Johnny Gray, tan de cine mudo. Esa exageración expresiva, un fantástico acompañamiento musical a piano de William P. Perry —algo en lo que el cine mudo destacaba ampliamente— y esos toques de comedia romántica y aventura pasados por el filtro temporal de los años 20, que le aporta un aire adorable. El gancho de lo añejo, el encanto de lo antiguo
Una hora y cuarto de visionado con un ritmo deliciosas, unas escenas tiernas, heroicas y divertidas y un genio, Keaton, que consigue que las vías del tren sean un paisaje de ensueño en el que quepan sin forzar todas sus cabriolas, físicas o narrativas.
Y, como colofón, una película legalmente disfrutable en estas anchas vías en las que se ha convertido la red:
Ésta es la versión completa, de 107 minutos, que siempre llegó a España truncada (entre 75 y 83 minutos, según veo). Está en inglés, pero bueno... es cine mudo. Hay sólo unos cuantos carteles que leer y con un nivel bajo es más que suficiente.
Nota: 8. Una película muy (pero muy-muy) divertida, entretenida y con un Keaton genial con su máscara de maquinista enamorado viviendo aventuras y penurias por sus grandes amores.
Comentarios
Publicar un comentario