Cómo ser John Malkovich, Spike Jonze

Me resulta difícil hablar de Cómo ser John Malkovich. Por un lado me encuentro con que es una película rarísima, producto de la retorcida mente de Charlie Kaufman —siempre extraño, inquietante y gafapasta—; por otro me encuentro ante una de mis películas favoritas. Ojo, no la considero de las mejores películas que he visto; sencillamente es una de las que más me gustan y de las que, en caso de revisionar algo, copan las estadísticas.


El señor Kaufman (de quien ya hablamos en ¡Olvídate de mí!) construye una historia en la que Craig Schwartz (John Cusack) es un titiritero en paro que consigue un trabajo como archivista, en el que desempeña una labor envidiable gracias a sus asombrosamente ágiles dedos. Un día se encuentra una puerta que lleva directamente al interior de la cabeza (de la mente también) de John Malkovich (John Malkovich, evidentemente), y con la colaboración de Maxine Lund (Catherine Keener) monta un negocio basado en llevar allí a la gente. Pero Craig se enamora de Maxine, y esta se enamora de la mujer de Craig, Lotte (Cameron Díaz) pero solo cuando esta se encuentra dentro de Malkovich. Y, de pronto, la tenemos liada. Pero liada de verdad, oigan.


Los personajes:
—Craig tiene alma de protagonista. Es un hombre con dudas que reacciona al desarrollo de la película, que nos va mostrando distintas caras, resultando un personaje muy humano y bastante interesante.
—Maxine es el gran personaje de la historia. Una Cersei (ya sabéis de qué es sinónimo) inteligente, con planes que consigue ir llevando a cabo. Fría y convinente. Magnífica.
—Lotte es una mujer bastante peculiar, una veterinaria que atiende a los animales en su propia casa. Siempre sucia y desarreglada. Es, durante casi toda la película, un personaje un poco maltratado por las circunstancias.
—Malkovich es, claramente, el personaje torturado. Para empezar, porque una serie de fulanos, de don nadies, se introducen en su mente y lo espían, o peor incluso, ¡lo controlan! Por si fuera poco, después se convierte en una mera herramienta dentro de las historias de amor de los otros personajes. Increíble. Pobre hombre, va a tener que venir Beowulf a salvar su miserable pellejo danés... digo estadounidense.

«¡Brujas lesbianas cachondas!»

Cómo ser John Malkovich mezcla la comedia y el drama. Tiene puntos muy divertidos, desde la actitud de los personajes, a la forma de acceder a Malkovich, todo el toque extraño que lo rodea todo, la locura de Craig, la perversión soñada de su jefe, los diálogos, el tono y muchas de las escenas. Combinandose con los factores humorísticos, nos encontramos con escenas realmente tristes, como cuando la cámara se aleja lentamente y deja que el espectador contemple a un Craig arrasado porque su esposa estaba dentro de Malkovich (tirándose a Maxine, vaya) o el final, por ejemplo, que reconozco que se desarrolla de un modo que nunca ha terminado de dejarme satisfecho. Luego hablaré de él.

Trailer:

Escenas memorables:
—La secuencia de las marionetas, al principio de la película, la música, la provocación y, al mismo tiempo, la suavidad y la elegancia. Te ganaste las hostias, Craig, pero también un aplauso.
—La escena totalmente pasada por un filtro de LSD de Malkovich dentro de la mente de Malkovich, en la que todo el mundo es Malkovich: 
«—¿Malkovich? 
—Malkovich, Malkovich...» 

El final de la película, decía, nunca me deja satisfecho. En general, y resumidamente, creo que Craig debería saber perfectamente que Maxine es la peor arpía habida y por haber y que NUNCA-NUNCA-NUNCA debería confiar ciegamente en ella. No obstante, para compensar esto, me encanta que Malkovich tenga unos instantes para volver a probar la libertad, para tener ilusiones... y como todo eso se quiebra en un instante.

«Soy libre, he vuelto, soy...»

Premios
BAFTA: mejor guión.

Curiosidades
—El segundo nombre del verdadero Malkovich no es Horatio, como en su personaje de la película, sino Gavin.
—Kaufman envió el guión a Francis Ford Coppola, y este se lo dio al marido de su hija Sofia, Spike Jones.
—La escena de Malkovich dentro de Malkovich se grabó en uno de el club nocturno del Queen Mary.


Nota: 8,5. Una película divertida, original e interesante, con un reparto muy acertado y unas labores de dirección, por momentos, envidiables. Si no la habéis visto, y no odiáis el cine... rarillo, dadle una oportunidad ya. Ahora mismo. Si todo lo que se aleje un poco de la normalidad os produce sarpullidos, en cambio, podéis manteneros tranquilamente alejados de esta película. Sin resquemores.

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