American Horror Story - FX

Esta serie ha sido una de las grandes novedades del otoño estadounidense en cuanto a televisión se refiere. El nombre de Ryan Murphy, tras 100 capítulos de Nip/Tuck y la emisión de la tercera temporada de Glee, ya decía bastante; el ambiente de la nueva serie, decía el resto.


Y es que American Horror Story difícilmente podía empezar mejor. De entrada nos encontrábamos con la espeluznante música, la tétrica casa y el oscuro ambiente que lo rodea a todo; luego ante el gran reparto, encabezado por Dylan McDermott y Connie Britton, que llevan a cabo un trabajo impresionante y ante la sencilla historia plagada de tópicos sobre la que se construirá la serie. American no pretende innovar, pretende coger todo lo que hace reconocible a las historias de terror clásicas, batirlas bien, y dar un producto capaz de rivalizar con esas obras de terror a las que alude.

Así, esta obra de Ryan Murphy y Brad Falchuk huye de modernismos y de abrir demasiadas tramas. Prefiere, en cambio, situar el argumento en una casa embrujada, con una serie de personajes esperpénticos que pululan por o alrededor de ella, con mucho humo, sexo y bajeza humana.

Argumento:
Vivien Harmon (Connie Britton) descubre a su marido, Ben (Dylan McDermott), poniéndole los cuernos y en un intento de arreglar la situación de su familia, ellos y su hija (Taissa Farmiga), una adolescente depresiva, se mudan a una casa en Los Angeles. A partir de ese momento, se inicia una verdadera serie de catastróficas desdichas sobrenaturales... y todo empieza a ponerse difícil. Difícil de verdad.


Constance, su nueva vecina (una fantástica Jessica Lange), y su enferma de síndrome de Down hija Adelaide (Jamie Brewer) comienzan a colarse en la vida de los Harmon, así como en su casa; tanto como la propia criada de la casa, Moira (interpretada tanto por Frances Conroy, una actriz siempre impresionante; como por Alexandra Breckenridge, dependiendo de quién la está viendo). Además, por si esto fuera poco, está Tate, interpretado por un increíble Evan Peters. Sin duda, este chico, es uno de mis descubrimientos del año, menudo pedazo de actuación.


Y dejemos el argumento aquí, porque American, como muchas otras obras del estilo, mejoran sabiendo lo menos posible sobre ellas.



Los personajes están bastante cuidados, sobre todo en los primeros capítulos; cuando todo se va centrando. Y vemos, con especial detalle, como sus historias se empiezan a entrecruzar con la de la casa. Desde el loco y despiadado Tate, hasta el mezquino y mentiroso Ben, pasando por la sufridora y siempre dolida Vivien, por las extrañas e inquietantes vecinas (tanto la madre como la hija)... todas las historias tienen su toque horrible, lo que al principio contribuye a una marea de pequeñas tramas con las que se podrían llenar capítulos, pero todas a la vez, llegando y mezclándose en la casa. Un batido de horror y miseria humana para llevar.

La luz y la música juegan un papel fundamental en la serie. A menudo se juega con las sombras, con la luz del fuego o la luz eléctrica suave y no demasiada cercana. La verdad es que mantienen el tono a la perfección durante toda la temporada, lo cual es de agradecer. American Horror Story, es, sobre todo, el tono de lo que nos cuentan. Y en la primera mitad de la temporada, lo directa que es la serie, lo brutal, lo sexual, lo desagradable y oscura que es, está combinado a la perfección. 

Lamentablemente, American Horror Story camina por una cuerda floja terrible, la que a un lado hace caer en el misterio horrorífico y al otro se abre al absurdo y a los exagerados meandros narrativos; y si bien durante los primeros 6 o 7 capítulos, Murphy y Falchuk consiguen mantener a su nuevo engendro en el lado correcto; la segunda mitad de la temporada empieza perdiendo fuelle y acaba convirtiendo la historia en un rocambolesco lío de situaciones que, personalmente, me hicieron estar a punto de dejarla en el capítulo 9. Y solo el hecho de tratarse de una serie de 12 capítulos me animó a darle fin.

Y no, el final no le dio alas, ni mucho menos. American Horror Story me sigue pareciendo una serie valiente que va a por un terreno que parece rehuirse en televisión y aunque al principio lo hace bien, y más que bien, incluso; acaba sepultada por el propio peso de la pobre resolución de un montón de subtramas abiertas. Una verdadera lástima.


Lo mejor de la serie, en mi opinión (y no puedo evitar destacarlo), es la intro. La música, la horrible secuencia de imágenes, la forma en la que aparecen los nombres de los actores y de los creadores... ¡todo es genial! Espero que los Emmy sepan reconocérselo. La intro y el tratamiento de ciertos temas: como el sexo, la infidelidad, el miedo y las discusiones de pareja; quizá no sean los temas que uno espera como posibles 'puntos a tener en cuenta' en una historia de terror, pero lo crudo y violento de algunos momentos, unidos al grandioso trabajo de los actores, hacen que se palpe la tensión y, casi, que se huela la ira y el desastre.


Siento que el mejor vídeo que he encontrado, este en imagen reflejada.

No obstante, y esto es así, por momentos —sobre todo en cuanto a Moira (la joven) se refiere— el sexo llega a rozar extremos de peculiar gratuidad. Entiendo que sea un personaje zorresco y sensual, pero perdí la cuenta de las veces que le lucieron el culo o se la vio en actitud sexual, incluyendo una escena lésbica.




Bueno, y de lo mejor también, este cartel:



Nota: 6,5. Para mí, esta serie es lo que pudo ser y no fue. Si os apetece ver una historia de terror, tiene un principio que creo que os gustará muy fácilmente; pero si queréis una serie que mantenga su calidad y seriedad hasta el final... no os encontráis ante el producto acertado. Y, con todo, aunque solo sea por sus primeros capítulos, creo que se merece un vistazo.


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