Glee
Glee es una serie musical increíblemente cuidada y bien llevada a cabo. Es difícil, en realidad, decir qué tiene la serie para levantar un revuelo tal como lo ha hecho, pero lo cierto es que lo único destacable es el desmedido mimo con el que se han tratado los detalles: los aspectos visuales y sonoros de la serie están cuidados a niveles muy sorprendentes para la pequeña pantalla.
Glee trata sobre un coro de un instituo estadounidense prototípico, con sus animadoras, sus jugadores de football americano - ese rugby mal jugado basado en el patadón p'alante - y de las personas que lo forman, de sus victorias y derrotas, de sus verdades y mentiras.
No es, en absoluto, una serie con un argumento genial, el argumento cumple sin más. El guión tiene otros puntos: es divertido, directo, tiene cierto ritmo (y no es una coña con el hecho de que se trate de un musical), tiene unos personajes bastante bien definidos (aunque algunos no han sido ni siquiera esbozados) y, en muchas ocasiones, hay una evidente crítica subyacente que le da un toque algo más maduro de lo que, con lo que ven nuestros ojos, podría esperarse.
Así, nos encontramos ante una serie digna y divertida, con unos números musicales muy bien llevados a cabo; con una selección de voces muy atractiva y bien hecha y con ciertas situaciones muy tensas tratadas con desmedido realismo. La envuelta es de instituo yankee, vacía y graciosilla; el fondo es más interesante y el modo es muy divertido e interesante.
Muy buenas voces y muy buena realización. Glee, o cómo una buena producción, dirección y un gran marketing puede hacer de un producto normalito, uno notable (y ganador del globo de oro).
Nota: 8. En su estilo, igual que hay pelis de tiros que tienen un 8 y cadena perpetua es la leche. Una música genialmente adaptada y muy bien interpretada (la voz de Finn tal vez sea un poco apagada de más para el papel protagonista que le han dado, pero bueno).
Hay que tener en cuenta que se han emitido 13 episodios antes del parón en mitad de temporada (y que van a ser veintitantos), así que esta nota pudiera caer o aumentar cuando finalice la temporada. Pero tenía que recomendarla: divertida, amena y adictiva.
Glee trata sobre un coro de un instituo estadounidense prototípico, con sus animadoras, sus jugadores de football americano - ese rugby mal jugado basado en el patadón p'alante - y de las personas que lo forman, de sus victorias y derrotas, de sus verdades y mentiras.
No es, en absoluto, una serie con un argumento genial, el argumento cumple sin más. El guión tiene otros puntos: es divertido, directo, tiene cierto ritmo (y no es una coña con el hecho de que se trate de un musical), tiene unos personajes bastante bien definidos (aunque algunos no han sido ni siquiera esbozados) y, en muchas ocasiones, hay una evidente crítica subyacente que le da un toque algo más maduro de lo que, con lo que ven nuestros ojos, podría esperarse.
Así, nos encontramos ante una serie digna y divertida, con unos números musicales muy bien llevados a cabo; con una selección de voces muy atractiva y bien hecha y con ciertas situaciones muy tensas tratadas con desmedido realismo. La envuelta es de instituo yankee, vacía y graciosilla; el fondo es más interesante y el modo es muy divertido e interesante.
Muy buenas voces y muy buena realización. Glee, o cómo una buena producción, dirección y un gran marketing puede hacer de un producto normalito, uno notable (y ganador del globo de oro).
Nota: 8. En su estilo, igual que hay pelis de tiros que tienen un 8 y cadena perpetua es la leche. Una música genialmente adaptada y muy bien interpretada (la voz de Finn tal vez sea un poco apagada de más para el papel protagonista que le han dado, pero bueno).
Hay que tener en cuenta que se han emitido 13 episodios antes del parón en mitad de temporada (y que van a ser veintitantos), así que esta nota pudiera caer o aumentar cuando finalice la temporada. Pero tenía que recomendarla: divertida, amena y adictiva.
Comentarios
Publicar un comentario