Reservoir dogs - Quentin Tarantino

El debut de Tarantino en el mundo del cine dejó bien clarito cómo le gustaba trabajar a este hombre: sangre a raudales, un guión que suda carisma por cada uno de sus poros, y unos personajes magníficos llenos de humor negro.



Joe Cabot contrata a 6 criminales para llevarse unos diamantes (me dio fuerte por el robo de diamantes últimamente). Estas personas, para dificultar el seguimiento si capturan a uno de ellos, utilizan nombres en clave (Señor Blanco, Señor Naranja, etc.). Cuando llegan al lugar, la policía ya los está esperando. Algunos mueren allí mismo, el resto se reúnen en el punto de encuentro sabiendo que uno de ellos es un soplón.

Los actores, entre los que están Tim Roth, un herido agonizante increíblemente conseguido y expresivo (del que hablé ayer en la reseña de Four rooms y que, en Reservoir también me dejó absolutamente impresionado, mejorando infinitamente mi opinión sobre él), Harvey Keitel, en el papel de un criminal bastante íntegro —dentro de lo que cabe— y con madera de líder (el jefe de policía de la Life on Mars estadounidense y actor de tomo y lomo en un sinfín de películas) y Steve Buscemi, con un personaje escrupuloso y perfeccionista (un actor que, personalmente, me encanta; y al que me encanta reencontrarme siempre medio por sorpresa, bienvenida, sobre todo en Boardwalk empire); junto al propio Tarantino, Michael Madsen y Edward Bunker, bailotean a través de 100 minutos de perfecto desarrollo guionístico siguiendo un camino intrincado en el que se nos va contando la historia en pedazos que se van interconectando desembocando en el, para mí, mejor final posible.

La tensión entre los personajes es casi palpable en todo momento, la desconfianza, los nervios... el miedo; todo ello aderezado por la violencia vestida de humor que Tarantino usa constantemente a lo largo de su cine, salpimentando unas películas que (desde esta presentación en el mundo filmográfico) lucen casi siempre unos guiones magníficos y unos desarrollos sobradamente a la altura, acompañados de una música y una puesta en escena espectacular. Lo cierto es que Reservoir dogs ya tiene todos esos ingredientes... en sus proporciones adecuadas.

Nota: 8,5. Una película entretenida, impactante, con un guión sorprendente y unos actores fantásticos.

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