Sons of Anarchy (1ª temporada) - FX
Lo cierto es que postergué mucho el visionado de esta serie desde que empezaron a recomendármela, sobre todo debido a que casi todos nuestros huecos para series antiguas los cubría la interminable Expediente X, con sus más de 200 episodios. Ahora, habiendo abandonado ya lo que nos quedaba de las aventuras de Mulder y Scully, fue bastante más fácil empezar a disfrutar de las aventuras de Jax, Clay y el resto de los Hijos de la Anarquía.
Los Sons tienen un taller, y de cara a la galería (ehem, ehem) son un club de aficionados a las motos que tienen un taller y ya está. Por debajo dirigen ciertos aspectos de la ciudad: trafican con armas, se cargan gente de forma relativamente constante en mitad de una despiadada guerra de bandas, sobornan al jefe de policía que por momentos habla de «nosotros» para referirse a SAMCRO, etc. Un bonito panorama de bandas.
Pero no todo es tranquilidad y apacible tráfico de armas en Charming. Si la policía se deja sobornar es porque los Sons protegen la ciudad de cosas peores. SAMCRO cumple su función y aunque a la larga sería bueno quitarlos del medio, lo cierto es que a corto plazo se ve con cierto temor qué podría salir de ahí. Esto nos lleva a su enfrentamiento con los Nords, la banda de neonazis que quieren introducir la venta de meta en Charming. Además tenemos también a los Mayans (no, no se curraron mucho los nombres de las bandas rivales) que son una banda de mexicanos enemiga declarada de los Sons; a los One Niners de The Shield (el creador de Sons of Anarchy fue guionista de aquella serie), una banda afroamericana que les compra armas pero que ha encontrado un nuevo proveedor y, por último, aunque algo más distante, al IRA irlandés, que es quien suministra de armas rusas a los Sons.
El caso es que ninguna serie es realmente buena sin unos personajes sólidos, y este quizá sea uno de los puntos más cuidados de Sons of Anarchy. Quizá la trama de bandas a veces resulte algo simplista, aunque muy amena entre tiros, ráfagas de subfusiles y explosiones, pero lo cierto es que los personajes están muy definidos y además se complementan a la perfección. Tenemos a Clay (un grandísimo Ron Perlman), el presidente del club y uno de los dos socios fundadores que quedan junto a Piney (William Lucking). Clay es un hombre que toma muchas decisiones difíciles y aunque muchas veces no tenga el apoyo del espectador tampoco se granjea su rechazo. Es un personaje completo, complejo y muy interesante. De lo mejor de la serie. El siguiente en la jerarquía es Jackson Teller (Charlie Hunnam), un personaje al que a menudo le faltan redaños, demasiado atrapado por líos de faldas y triángulo amoroso. Es el protagonista, pero a mí me parecía bastante insufrible. Ope (Ryan Hurst) es un personaje cercano con un drama familiar bastante interesante: acaba de salir de la cárcelo tras cinco años dentro y su esposa no quiere que siga en los Sons para que no vuelva a pasar; pero los Sons no es algo que uno pueda abandonar fácilmente. Es una de las insinuaciones más fuertes del concepto de clan, de familia voluntaria que forman los miembros de SAMCRO. Tig (Kim Coates) es un tío muy raro (muy muy raro, con sus comentarios sobre acostarse con cadáveres, de hecho) que no parece tener problemas en los trabajos más sucios y bajos; es un tío capaz y entregado. Por último no puedo evitar hablar de Gemma (Katey Sagal) que fue la mujer de John Teller hasta su muerte y tras su muerte se casó con Clay. Gemma es uno de los personaje que mueve hilos, que tira de los personajes y que hace que la trama siga su curso con normalidad. Una mujer astuta y fuerte.
La trama de Jax falla porque es el protagonista y le dedican demasiado tiempo. No hay tanto que contar y yo no me quité el esquema mental de que no aportaba nada más que relleno y de que no podía interesar a nadie. Ni la yonqui, ni la médica, ni el hijo, ni nada. Cada vez que sacan a Jax del ambiente SAMCRO, la serie pierde interés en un bajón inexplicable. No funciona. Hay, no obstante, una subtrama originada dentro de esta que parece que le da cierto aire. La médica tiene un exnovio que es agente federal y un acosador-maltratador chungo, Josh Kohn (Jay Karnes, Dutch en The Shield). No sé qué harán en la segunda temporada para seguir manteniendo el interés de Jax en cuanto a familia, pero algo me dice que, sencillamente, no lo va a tener. Sin más.
Nota: 7. Sons of Anarchy es una serie interesante, entretenida y con momentos muy divertidos. Bien tratada, bien grabada y bastante bruta; pero está lejos de Boardwalk, The Wire, Breaking bad, The Shield y otras grandes series de trapicheos
Otras temporadas de Sons:
—Segunda.
—Tercera.
El legado de SAMCRO
El acrónimo de «Sons of Anarchy Motorcycle Club Redwood Original», un club de moteros con muchas filiales por todos los Estados Unidos, aunque con base en Charming, un pueblo (ficticio) al norte de California. En los Sons de Charming tenemos al gran Clay (Ron Perlman) al frente, y al hijo del fundado John Teller, Jackson Teller, al que suelen llamar «Jax» como vicepresidente. También en el club tenemos a Ope, el mejor amigo de Jax; a Piney, el padre de Ope; al extraño y retorcido Tig; a Chibs y su cicatriz en la mejilla derecha; a Juice, con su cresta y sus tatuajes y a Mediohuevo, el novato.Los Sons tienen un taller, y de cara a la galería (ehem, ehem) son un club de aficionados a las motos que tienen un taller y ya está. Por debajo dirigen ciertos aspectos de la ciudad: trafican con armas, se cargan gente de forma relativamente constante en mitad de una despiadada guerra de bandas, sobornan al jefe de policía que por momentos habla de «nosotros» para referirse a SAMCRO, etc. Un bonito panorama de bandas.
Pero no todo es tranquilidad y apacible tráfico de armas en Charming. Si la policía se deja sobornar es porque los Sons protegen la ciudad de cosas peores. SAMCRO cumple su función y aunque a la larga sería bueno quitarlos del medio, lo cierto es que a corto plazo se ve con cierto temor qué podría salir de ahí. Esto nos lleva a su enfrentamiento con los Nords, la banda de neonazis que quieren introducir la venta de meta en Charming. Además tenemos también a los Mayans (no, no se curraron mucho los nombres de las bandas rivales) que son una banda de mexicanos enemiga declarada de los Sons; a los One Niners de The Shield (el creador de Sons of Anarchy fue guionista de aquella serie), una banda afroamericana que les compra armas pero que ha encontrado un nuevo proveedor y, por último, aunque algo más distante, al IRA irlandés, que es quien suministra de armas rusas a los Sons.
Los personajes
Todo lo que es el tema de bandas está muy cuidado y resulta muy interesante y ameno. La serie es muy activa, no tiene unas tramas tan elaboradas como otras series pero eso le permite mostrar gran dinamismo desde casi el principio. En el capítulo tres ya ha desplegado sus recursos y ya puede moverlos y hacerlos interactuar cómodamente. En ese sentido, se desmarca de las series más complejas pero le permite jugar en una liga de entretenimiento algo más asequible sin renunciar a su seriedad, su violencia y sus tramas terriblemente macarras.El caso es que ninguna serie es realmente buena sin unos personajes sólidos, y este quizá sea uno de los puntos más cuidados de Sons of Anarchy. Quizá la trama de bandas a veces resulte algo simplista, aunque muy amena entre tiros, ráfagas de subfusiles y explosiones, pero lo cierto es que los personajes están muy definidos y además se complementan a la perfección. Tenemos a Clay (un grandísimo Ron Perlman), el presidente del club y uno de los dos socios fundadores que quedan junto a Piney (William Lucking). Clay es un hombre que toma muchas decisiones difíciles y aunque muchas veces no tenga el apoyo del espectador tampoco se granjea su rechazo. Es un personaje completo, complejo y muy interesante. De lo mejor de la serie. El siguiente en la jerarquía es Jackson Teller (Charlie Hunnam), un personaje al que a menudo le faltan redaños, demasiado atrapado por líos de faldas y triángulo amoroso. Es el protagonista, pero a mí me parecía bastante insufrible. Ope (Ryan Hurst) es un personaje cercano con un drama familiar bastante interesante: acaba de salir de la cárcelo tras cinco años dentro y su esposa no quiere que siga en los Sons para que no vuelva a pasar; pero los Sons no es algo que uno pueda abandonar fácilmente. Es una de las insinuaciones más fuertes del concepto de clan, de familia voluntaria que forman los miembros de SAMCRO. Tig (Kim Coates) es un tío muy raro (muy muy raro, con sus comentarios sobre acostarse con cadáveres, de hecho) que no parece tener problemas en los trabajos más sucios y bajos; es un tío capaz y entregado. Por último no puedo evitar hablar de Gemma (Katey Sagal) que fue la mujer de John Teller hasta su muerte y tras su muerte se casó con Clay. Gemma es uno de los personaje que mueve hilos, que tira de los personajes y que hace que la trama siga su curso con normalidad. Una mujer astuta y fuerte.
Tramas familiares
Aunque la historia de bandas está muy bien, a algunos personajes intentan hacerlos grandes desde las tramas familiares, desde problemas más cercanos y humanos. Podríamos decir que hay tres tramas familiares: una, la más suave y la más agradable, la de Clay y Gemma. La cosa funciona. Otra, la de Ope, que es la que más aporta a la serie, una tensión que amenaza, verdaderamente, con romperlo todo: personajes creíbles, miedos comprensibles y una tensión perfectamente dibujada. Por último tenemos la historia familiar de Jax con las dos mozas que le gustan... Y esta falla. Falla por muchas cosas.
La mejor pareja de todas.
La trama de Jax falla porque es el protagonista y le dedican demasiado tiempo. No hay tanto que contar y yo no me quité el esquema mental de que no aportaba nada más que relleno y de que no podía interesar a nadie. Ni la yonqui, ni la médica, ni el hijo, ni nada. Cada vez que sacan a Jax del ambiente SAMCRO, la serie pierde interés en un bajón inexplicable. No funciona. Hay, no obstante, una subtrama originada dentro de esta que parece que le da cierto aire. La médica tiene un exnovio que es agente federal y un acosador-maltratador chungo, Josh Kohn (Jay Karnes, Dutch en The Shield). No sé qué harán en la segunda temporada para seguir manteniendo el interés de Jax en cuanto a familia, pero algo me dice que, sencillamente, no lo va a tener. Sin más.
Nota: 7. Sons of Anarchy es una serie interesante, entretenida y con momentos muy divertidos. Bien tratada, bien grabada y bastante bruta; pero está lejos de Boardwalk, The Wire, Breaking bad, The Shield y otras grandes series de trapicheos
Otras temporadas de Sons:
—Segunda.
—Tercera.
—Cuarta.
—Quinta.
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