Studio 60 - Aaron Sorkin

El señor Sorkin es conocido por ser el creador de El ala oeste de la Casa Blanca, una serie de unos 160 episodios muy conocida que dicen que es genial. Studio 60 se mete en los entresijos de un programa tipo Saturday night live, nos cuenta el cómo se hace y el cómo se vive desde dentro.


La serie cuenta con Matthew Perry (Chandler en Friends, la madre de todas las sitcom, ampliamente superada aunque los afectados de una visión fatalista, creyentes de que el tiempo sólo empeora las cosas, se nieguen a aceptarl tal cosa. Cabe decir que Laura comentó que ganaba a partir de la tercera, pero eso, para mí, condena una serie. No voy a soportar temporadas de mierda para que luego empiece a ser aceptable: adiós, Friends; adiós, Stargate SG1). Además, aunque yo, en mi incultura del mundo televisivo, apenas los conozco, cuenta con una hermosa Amanda Peet, un fantástico y maravilloso Bradley Whitford (que también actuó en El ala oeste, según leo en IMDB) y un, por momentos, épico Steven Weber. Esos son los que mandan, luego tenemos a los actores del programa y al realizador (un tío que me parece graciosísimo, por cierto, llamado Timothy Busfield).

¿De qué va?:
La serie va de eso, de cómo se hace el programa, de los problemas internos (con los actores, con los guionistas, con los directivos, los anunciantes, los accionistas, las familias, las religiones...) que tienen los distintos miembros del equipo. 


La serie empieza cuando el director del programa, enfurecido por la anulación de un sketch, se planta delante de las cámaras y hace una crítica minuciosa, precisa y emponzoñada de la bajada de pantalones que hace la televisión actual ante lo que se considera «políticamente correcto».  Esto permite que  el señor Albie y el señor Tripp vuelvan de nuevo al mando de Studio 60, el primero como jefe de guionistas y el segundo como productor. Sobre ellos estará la presidenta Jordan McDeere, y el número dos de la cadena, el fantástico y super carismático Jack Rudolph.


Tal vez los de la NBC se esperaban una serie más amable, es una comedia sobre el mundillo de la tele... pero lo cierto es que Studio 60 carga contra el mundo de la televisión sin reparos, ni compasión. Studio 60 es una serie de puñaladas traperas una detrás de otra, con críticas a todo lo que mueve su mundillo: critica el periodismo amarillista, la exageración, el sacrificar el honor por las ventas, critica el fanatismo religioso, Hollywood, el mundo de la cúpula directiva... la verdad es que Sorkin no deja títere con cabeza.

La serie fue cancelada cerca del final de temporada. Supongo que le llenaron demasiado las pelotas a alguien —no me extraña lo más mínimo—, y eso marcó su punto y final. El pulso de la historia se mantiene constante hasta cinco capítulos del final, cuando todo se empieza a precipitar en una alocada cuenta atrás por contar lo importante de la historia en los capítulos que les quedaban. Los últimos cuatro, de hecho, son, probablemente, demasiado trepidantes, demasiado rápidos; desentonando con lo visto hasta el momento, que tienen un ritmo más habitual.

Tiene 22 capítulos de 40-45 minutos, una intro muy adecuada para el programa (la música, el estilo... la primera vez que la vi me pareció genial que esta serie tuviese una pantalla de introducción así). La música ambiental está bastante bien, aunque la música que llevan al programa tal vez sea de un pop yankee demasiado sosegado para mi gusto, lento, generalmente meloso, y aburrido.

Nota: 9. Una grandiosa serie de principio a fin. Intachable prácticamente en todo, salvo tal vez en esa aceleración final que, sin ser culpa de Sorkin ni del equipo al cargo, empaña un poco el resto. Absolutamente recomendada.

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