Supernatural, 4ª temporada

La tercera temporada acababa genial. Personalmente me habría permitido un capítulo más, en el que...
un Sam triste y derrotado, un borracho sin esperanza se lamentaba por haber perdido a Dean, por haber permitido su marcha al Infierno.
Pero la continuaron y no tenía porque ser malo que la siguieran, pero se les fue completamente la olla. La 4ª temporada plantea una bastante aburrida confrontación entre las huestes celestiales e infernales con Dean Winchester como una especie de Neo (de Matrix) explotado por los ángeles, y un Sam Winchester a lo ghoul de una demonio que potencia sus poderes chupando sangre. Pues vale. Y mientras, rock de los 70-80 —menos mal— y lucha contra un montón de demonios y, en ocasiones, contra criaturas que no son demonios —menos mal.



El caso es que la serie parece cobrar un nuevo tono humorístico estúpido en los primeros capítulos de la temporada que le sienta como una patada en las pelotas, haciendo de una serie entretenida y vistosa, un producto bastante indigerible, añadido al hastío que produce durante la primera mitad de temporada —a excepción de capítulos muy concretos como Película de monstruos—. La segunda mitad de la temporada es bastante mejor que la primera —claro que no es un gran mérito—, los personajes de los ángeles empiezan a meterse más o menos en la trama y a ganar algo de desarrollo y, al final, la serie salva más o menos el equipo, aunque ese principio hace palidecer bastante el nivel de la temporada.

Capítulos como El Arrebato hacen mantener la fe en que la quinta temporada pueda retomar una calidad mínima aceptable, pero si esta llega a ser una primera temporada de algo, habría dejado de verla, así de claro.

Nota: 5. Se deja ver, aunque tal vez por el impulso que cobró en temporadas anteriores. La trama principal es bastante aburrida los primeros 3/4 de la temporada —aunque mejora progresivamente—, la mecánica de los capítulos es bastante monótona —demonio más tocho que antes aparece y los Winchester guiados por los ángeles van y lo toñan, generalmente sin planificar nada concreto, que era el modus operandi hasta ahora, y al final del capítulo Castiel dice 4 ó 5 frases que sugieren que todo forma parte de El Plan de Dios—, no aparece El Bromista —me parece fatal—, la nueva Ruby es bastante fea y no sale la ladrona, y de no ser porque gran parte de la temporada la vi mientras tocaba la guitarra y hablaba de vez en cuando por Gtalk, creo que habría pedido un resumen y me habría saltado la temporada.



Esta es la Ruby fea. Que me recuerda a Rachel Berry de Glee...
Y esta es la Ruby guapa, en mi opinión, al menos.

Pero tranquilos, aparece una nueva chica guapa:


Bravo, chicos de Supernatural, habéis olvidado casi todas vuestras tramas abiertas y os habéis sacado una nueva —y mediocre— de la manga. Pues nada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Charlie y la fábrica de chocolate - Tim Burton

Leyendas de pasión - Edward Zwick

Los miserables, diferencias argumentales entre novela y musical