Cómo entrenar a tu dragón - Dreamworks
Dreamworks Animation, los creadores de Shrek —y sus horribles secuelas— traen al cine Cómo entrenar a tu dragón. El título, lo sé, no podría resultar menos atractivo. Suena a basura y de las gordas. Sí, es un hecho. No entiendo como se atrevieron a publicar la película bajo ese títulos. Muchos tal vez creáis que sea uno de esos títulos a la española que poco o nada tienen que ver con el título original, pero el título original es How to train your dragon. Sí, la película, en un clamoroso intento de que nadie vaya a verla si no tiene hijos, se llama así.
¿De qué va? No me meto demasiado allá en la trama, que conste.
En resumidas cuentas, Cómo entrenar a tu dragón se trata de una película entretenida y divertida con una base y un tratamiento infantil y algún que otro toque algo más maduro, pero muy pocos. El Furia Nocturna es, claramente, un gatito con alas: hermoso y adorable, claro. Los niños aspirantes a guerrero son todos unos personajes memorables, sobre todo un niño gordo y friki que se sabe los atributos numéricos de los dragones: "fuego, 8, cabezazo 6, mordisco 9!!".
Animación fluida, texturas sólidas —tal y como cabía esperar—, inmersión 3D mediocre —o eso, o yo no acabo de pillar el truco al sistema— y la película tiene un doblaje muy peculiar. Incluyendo un herrero con acento gallego.
Nota: 8. Es la típica película, pero es vistosa, divertida, videojueguera, friki y adorable. Y con un final aceptable.
¿De qué va? No me meto demasiado allá en la trama, que conste.
Pues en Isla Mema viven los vikingos y como enemigo acérrimo tienen a los dragones, que son de varios tipos y tienen poderes diversos. Muy dungeonero todo. Hipo es un zagal de este aguerrido pueblo de matadragones al que se le ven pocas dotes para convertirse en uno de estos machotes vikingos y que trabaja para el herrero del pueblo, un tío con acento gallego al que le faltan una pierna y un brazo. El caso es que atraído por la idea de ser un ídolo de masas y echarse novia (la película sigue la premisa de que las tetas hacen al héroe, como está mandado) dispara un artefacto con boleadoras contra un Furia Nocturna —un dragonaco de un tipo bestial que nunca ha sido derribado— y lo derriba. Pero como nadie lo cree va solo hasta allí. El bicharraco está tirado en el suelo, atado. Hipo se acerca con un cuchillito con el que, como mucho, hará una vivisección de dragón y no tiene los redaños para matarlo. Y lo libera. Y así, poco a poco, empiezan a hacerse amigos y empieza a descubrir cosas de los dragones, con lo que empezará a destacar brutalmente en los entrenamientos de matadragones pese a ser un enclenque. Lo que suscitará el recelo de Astrid, la mejor alumna para matadragones —no hay distinción de sexos a este respecto— una moza rubia muy guapa, por lo que empezará a interesarse por esta inexplicable mejoria de Hipo.
En resumidas cuentas, Cómo entrenar a tu dragón se trata de una película entretenida y divertida con una base y un tratamiento infantil y algún que otro toque algo más maduro, pero muy pocos. El Furia Nocturna es, claramente, un gatito con alas: hermoso y adorable, claro. Los niños aspirantes a guerrero son todos unos personajes memorables, sobre todo un niño gordo y friki que se sabe los atributos numéricos de los dragones: "fuego, 8, cabezazo 6, mordisco 9!!".
Animación fluida, texturas sólidas —tal y como cabía esperar—, inmersión 3D mediocre —o eso, o yo no acabo de pillar el truco al sistema— y la película tiene un doblaje muy peculiar. Incluyendo un herrero con acento gallego.
Nota: 8. Es la típica película, pero es vistosa, divertida, videojueguera, friki y adorable. Y con un final aceptable.
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