X Men: Primera generación - Matthew Vaughn

Ahora que parece que me estoy reconciliando con el cine de super héroes, al que últimamente le están dando la seriedad que creo que necesitaba, me decidí a ver esta película dirigida por el señor Vaughn, quien dirigió también la aceptable, divertidilla y videoclipera Kick Ass.

¿Sabéis? De niño, el avión que aparece en la portada era una de mis máquinas favoritas. Snif... qué tiempos.

Los X Men, dentro de Marvel, son de mis favoritos. Que sí, que los componentes varían y tal, pero el rollo de los mutantes es de lo que más me atrae de ese universo. Con cierto optimismo, por las últimas pelis de súper héroes que he visto (casi todas ellas de Marvel, además) me senté a disfrutar de lo que resultó ser un sencillo espectáculo que se conforma con ser aceptable. Quizá con un guión algo más divertido (como hicieron en Los Vengadores) la película hubiera ganado enteros y hubiera sido destacable, pero lo cierto es que solo es una peli más que puede cumplir su función un domingo de pleno aburrimiento.


Durante la guerra fría un grupo de personas está analizando sus peculiaridades, aceptándolas y adaptándose a ellas. Entre estos individuos destacan Charles Xavier y Erik Lehnsserr (el profesor X y Magneto, en un futuro no muy lejano) que preparan a otros mutantes para evitar un armagedón nuclear. El enemigo a batir se llama Sebastian Shaw y Erik le tiene especial inquina y un pequeño asunto pendiente por resolver.

Os presento a Magneto y Xavier en primera fila. La cachorra es Mística. ¿El resto? ¿De qué resto habláis?

El reparto de la película cumple, no destaca especialmente, pero resultan más o menos creíbles. Quizá el que más destaca sea Michael Fassbender, que encarna a Magneto; seguido de cerca por Kevin Bacon, que hace de Sebastian Shaw. Tanto James McAvoy (Xavier) como Jennifer Lawrence (Mística), como el resto de mutantes resultan meramente aceptables (la jovencísima Jennifer Lawrence estuvo nominada privamente a un Oscar a mejor actriz, por si alguien no sitúa el nombre), quizá debido a unas líneas de diálogo, en general, carentes de gracia. ¿Sabéis esas frases corolarias que todos los héroes (y aspirantes a héroe) sueltan tras un acontecimiento? Pues aquí también las hay, pero si normalmente son de graciosidad discutible... aquí nunca la tienen. Directamente.

Magnífico el contraste entre el negro de uno y el blanco de otros. Malos sí, pero con estilo. La rubia, por cierto, es Emma Frost y la actriz es la de la señora Draper de Mad Men, la hermosa January Jones, aunque el estar cada vez más delgada empieza, creo yo, a pasarle evidente factura.

La dirección es más o menos la que me esperaba del señor Vaughn, muy ornamentada, muy exagerada y muy de videoclip, llena de cambios rápidos de plano, travellings rápidos y acciones a pantalla partida. Es bastante original y, a grandes rasgos, la usa bien; consiguiendo, en mi opinión, uno de los apartados más destacables de la película, aunque por momentos sea demasiado, demasiado sobrecargado.


La historia tiene un desarrollo más o menos predecible, en parte porque conocemos a Xavier, a Mística y a Magneto e imaginamos por dónde irán los tiros de cada uno. No sabemos los detalles, vale; pero sabemos cómo tiene que evolucionar la historia para que los datos coincida. En cualquier caso esto no estropea ni afecta especialmente a la película, que cumple su propósito de entretener, insisto, pero no consigue hacer nada más que eso.


Nota: 6. Es una película entretenida y visualmente está bastante bien. La historia es a menudo demasiado preclara, los diálogos no tienen gracia en absoluto (salvo una gracia tipo Narm) y los actores, en general, aprueban raspadillo. Para un día en el que apetece un entretenimiento ligero, la película vale; para un fan de las pelis de súper héroes la película vale; si no estáis en uno de esos dos casos, podéis ahorrárosla.


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