The Shield (4ª temporada) - FX

Seguimos con nuestro (a mi parecer) enfermizo visionado de The Shield (a lo que, probablemente ha contribuido esa media temporada vista en una sola tarde) satisfechos y temerosos de lo que nos hemos encontrado en esta cuarta temporada.

Monica Rawling tiene los huevos que a Aceveda le faltaban.

Que The Shield es una buena serie creo que lo vamos a dejar fuera de la discusión. Desde la incorporación de las tramas de temporada la serie ha estado experimentando con su propia estructura y parece que esas pruebas han dado sus frutos en esta cuarta temporada. Cabe decir que la serie comete un pequeño pecado para los defensores más acérrimos de sus virtudes (bueno, o debería ser así, en realidad supongo que los defensores más acérrimos dirán que carece de cualquier tipo de error, fallo o simple mácula): el caso es que esta vez la serie empieza lenta. Hay que plantear el caso, porque esta vez se las trae. Hay que presentar unos cuantos personajes que ayudarán a mover esos nuevos hilos y dejar a la vista todos los cabos iniciales de los que se irá tirando para desvelar la trama. ¿El resultado? Envidiable.


Preparados...


—El grupo de asalto se ha roto. Los hechos de la tercera temporada lo aventuraban, es verdad; pero quizá fuese más previsible esperar que la pieza que se retirase del puzzle que conforman fuese la del rubito Lemanski y no la que finalmente se retira. Sorprende ver a Shane por libre. Lem, es verdad, también trabaja en otro sitio, pero sigue obedeciendo órdenes de Vic y ayudándolo en todo cuanto le es posible, pero Shane. ¡Oh, Shane! Qué bien le vino todo esto a la serie.
—Los detectives Wyms y Wagenbach están fuera de combate por la tirria que se les ha cogido en la fiscalía y Dutch empieza a mostrar cierto hastío con la situación. Se hace evidente muy pronto que uno tendrá que ceder o que la situación se volverá mucho peor.
—Nueva capitana. Monica Rawling llega bien dispuesta, con muchas ideas y valor. El personaje, sobre todo al principio peca de plano. Tiene unas ideas muy claras y las ejecuta con suma frialdad. Puede que no reciba el desarrollo que uno podría esperar con el paso de los capítulos; pero es cierto que es la ayuda perfecta para que sí lo hagan el resto de personaje, lo que es digno de merecido agradecimiento. Buen personaje, a pesar de su sencillez, y fantástica incorporación. Muchas de las tramas de la temporada giran alrededor de las ideas tan dispares y a veces drásticas con las que ha llegado, ideas buenas con muy mala publicidad y un temperamento muy fogoso que nunca se echa atrás.

La serie gana medio punto temporal cada vez que esta mujer sale en pantalla.


Listos...


Los ingredientes ya están en la cazuela. Ahora se pone el fuego al máximo (The Shield no se caracteriza por andarse con demasiadas milongas) y allá vamos.

Dutch y Wyms de vuelta al ruedo y con unos guiones que parecen haberse decidido finalmente a hacer de Dutch un gran interrogador (el tratamiento de este personaje, en mi opinión uno de los mejores —o con más potencial, al menos— de la serie con su ignorancia torpe sobre las normas sociales sin ser un Sheldon, es tan inconstante que nunca sé qué pensar). Esta temporada tiene varios casos de hombres que se derrumban ante la segunda pregunta y, con todo, incluso con ellos hay detalles de interrogatorio que son realmente memorables, como el interrogatorio de «Starbucks».

Pero el gran acierto de esta temporada es mostrar a un Shane desatado. A ver, siendo sinceros, admito que a mí Shane es un personaje que me da un poco de asco. Es un personaje tan claramente vil... Le falta el caché de ser un verdadero villano y le falta el carisma canallesco del bueno antiheroico; este solo es un hijoputa estándar. Era un sucio perro de Mackey trabajando para él, y desatado es solo un chacal furibundo intentando hacerse hueco en un terreno que se le viene grande. Intentando impresionar con amenazas y violencia, pero demasiado torpe y demasiado estúpido para poder regir el cotarro. Sencillamente genial. Y ver cómo se le dibuja cada vez más infame es una experiencia muy gratificante.


Das asco, Shane, hazte a ello. Sé que no es una sorpresa para ti.

¡Ya!


Esta temporada sí me ha parecido una mejora tangible respecto al punto inicial de la serie. Quizá sea el momento en que el equipo encontró el punto perfecto que debían darle o quizá se conjuntaron los astros, pero el caso es que esta temporada parece ir sobre ruedas.

Empecé con ciertas dudas al respecto, porque los dos primeros capítulos resultaron un tanto torpes, y se me hacía muy raro en esta serie. Pero era el precio, era el precio de contar una gran historia. Y esta temporada, con las nuevas ideas, con la política de las confiscaciones, con la increíble, perfecta, envidiable y contundentísima actuación de Glenn Close, que consigue que Monica Rawling se coma la pantalla cada vez que aparece en ella; la insinuación de las tramas maestras de la quinta temporada, con todas las tensiones de Aceveda (con Vic, con Monica y con una nueva amiga) y con una serie de finales que se encuentran entre las mejores escenas de toda la serie, destacando sobre todo la escena que concluye el séptimo capítulo de la temporada (Hurts) con unos planos mucho más largos y menos movidos de lo habitual en la que la dirección parece intentar reclamar su reconocimiento, a pesar de ser, tradicionalmente, uno de los puntos más sosos de la serie.

«Usted no es policía. Nunca lo fue.»


Nota: 9. Esta temporada carga con un inicio algo decepcionante y con un capítulo 9 bastante aburrido (sobre todo tras el increíble visionado de los episodios 7 y 8); pero el resto de la temporada, Soñadores, es de manual. ¡Una pasada!

Entradas relacionadas:
The Shield (1ª temporada).
The Shield (2ª temporada).

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