La Flecha Negra - R.L. Stevenson
Parece ser que originalmente, Stevenson sacó esta novela en forma de folleto, siendo ya un novelista consagrado. Era el año 1887, y parece que ya entonces, los gustos para leer una novela normal eran muy parecidos a los actuales, y es que La Flecha Negra es una entretenida novela de aventuras llena de pasión, desventuras, honor, valor, intriga y espadazos.
La historia se centra en Dick, un mozo huérfano tutelado por sir Daniel Brackley, quien lo ha cuidado desde el fallecimiento de su padre. Su tutor, además, tiene previsto casarlo con Juana Sedley, pero la joven parece un poco reacia; y así, mientras la Guerra de las Dos Rosas, que enfrenta a los de Lancaster con los de York, sigue su curso, Daniel se dedica a mover arteramente sus peones por el tablero de ajedrez que constituye la pérfida Albión.
Admito que tardé un tiempo en cogerle el punto al libro; las formas medievaloides como posponer el pronombre y pegarlo al verbo, como en "mostróle", los juramentos, como "por la Cruz" o "por la misa", aunque, por supuesto, los ejempls se deben al traductor al castellano, José Méndez Herrera. Además, el pequeño tamaño de letra de la edición que tuve entre manos, la de bolsillo de Alfaguara, tampoco ayudó demasiado a cautivarme en un inicio.
Fue el magnífico dúo Dick-Matcham el que empezó a gustarme, el que sembró la semilla de la curiosidad y logró que me apeteciese saber qué pasaba; eran una pareja realmente estupenda, con sus respectivas visiones de cómo son las cosas y sus enfrentamientos, dialécticos la mayor parte de las veces y graciosamente físicos el resto. Sobre todo, la verdad, mientras Dick desconoce que tras las ropas de chico de Matchan se oculta Juana Sedley, la joven que debería casarse con él. Este momento es realmente divertido y emotivo de mil formas distintas; pero todo se viene un poco abajo cuando Dick descubre el pastel. No sé cómo ni por qué, pero Juana, una vez que confiesa su condición de mujer, se vuelve estúpida. La atractiva gallardía que lucía a pesar de su debilidad física la hacía un personaje interesante y extraño, los misterios que sabíamos que ocultaba la hacían intrigante; todo eso es cierto, pero una vez revelado el secreto y adoptado su papel de amantísima pretendiente, el personaje empieza a hacer aguas. ¿Por qué el cambio? ¿Acaso no podía ser un personaje declaradamente femenino y seguir siendo un gran personaje? Pues no, se ve que no que no puede.
A partir de este... empeoramiento de Matcham, sólo me quedó el odio a Daniel, que es el gran motor de la historia; cómo Dick va viviendo mil peripecias distintas en busca de su anhelada Juana mientras los viles tentáculos de sir Daniel se extienden casi como una infección. Una y otra vez parece que Sir Daniel ha tocado fondo, que ya no puede ser más despreciable, pero siempre se va un poco más allá, y un poco más allá después.
"Más aspecto tienes de muchacha que de hombre. Para ser muchacho tienes un extraño aspecto; pero para muchacha, Jack, serías guapa. Una moza muy bien parecida. "
El libro se titula La Flecha Negra, por cierto, por una hermandad de rebldes que se oponen al trato abusivo de la nobleza, un poco en el rollo de Robin Hood, a la que en un determinado momento se une Dick Shelton. No obstante, a pesar de que ambas se llaman igual; la hermandad tiene más bien poca presencia en la novela.
Nota: 7,5. La Flecha Negra es un buen libro de aventuras y tiene unos personajes interesantes y atrayentes, aunque no puedo evitar volver a sacar a relucir la caída de molonidez de Juana Sedley nada más reconocer su feminidad ante Dick. ¡Con lo que tú molabas, Juana! Por lo demás, una lectura muy entretenida que se merece sobradamente que os aproximéis sin ninguna duda.
¡Gracias, Lu!
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