Mägo de Oz - Pontevedra, 9/8/08

El grupo de folk-X (metal, heavy, rock, pop, según...) dio un concierto gratuito (es decir, pagado por la diputación, el concello o quien sea, pero no por los espectadores) en Pontevedra.

Desde las diez y media hasta las doce y media el grupo dio un repaso a toda su discografía (salvo a La Bruja), desde su primer disco, con Lo que el viento se dejó, hasta el último, con La ciudad de los árboles, Mi nombre es rock 'n roll, Deja de llorar, Y ahora voy a salir(noooorgh) y El rincón de los sentidos (¿Esto no suena un poco Amaral?), pasando por temas de Gaia II con Hazme un sitio entre tu piel, El poema de la lluvia triste y La posada de los muertos (nooorgh); por Gaia I, con Alma, Van a rodar cabezas y La costa del silencio (nooorgh); por Finisterra con Finisterra (increíble, creo que era la canción grande de Mägo que me quedaba por presenciar en directo), Hasta que el cuerpo aguante y Fiesta pagana (bueno, puede que tocasen una más, pero no estoy seguro) y con, como no, Molinos de viento (vamos, no la tocan y salen a hostias, me da a mí la espina).

El concierto... pues bien. Sin más. No fue un concierto lucido, salvo por esa maravillosa interpretación del Fantasma de la ópera a cargo de Jorge Salán (chaval, eres de lo mejorcito que le pudo pasar a Mägo, sin duda alguna). El inicio de cada canción parecía un tanto renqueante a nivel de voz, aunque al final mantenía bien el tipo; el dúo violín-flauta fantástico, como viene siendo habitual; un buen trabajo del bajista, y del guitarra rítmico de greñas, y un trabajo correcto del otro guitarrista, del teclista y del batería (¡OMG! Sí, es la primera vez que no tengo ninguna queja concreta contra su actuación... fue... aceptable).

Tras haber explorador todos los estilos que podían haber tocado, tras que les llamasen vendidos incluso haciendo Gaia II, que es claramente su disco más metalero, tras que se lo volviesen a llamar con su disco más rockero y viendo la buena acogida que, finalmente, tienen siempre; me inclino a pensar que la avalancha de críticas que reciben, se hacen (o suelen hacerse) para quedar bien en ciertos círculos (en esos círculos donde lo más light que se puede escuchar sin ser escoria es el master of puppets y tal); seamos realistas, criticarlos está de moda. Y no hay nada más vendido que criticar por que sea la moda.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Charlie y la fábrica de chocolate - Tim Burton

Leyendas de pasión - Edward Zwick

Los miserables, diferencias argumentales entre novela y musical