12 hombres sin piedad - Sydney Lumet

Este clásico, de 1957, nos sitúa en un juicio en el que se juzga a un muchacho por un homicidio. Los 12 miembros del jurado se retiran a deliberar, el caso parece bastante claro y 11 de esos 12 lo consideran culpable. El octavo, que es el miembro en discordia —Henry Fonda—, tiene serias dudas a raíz de determinados puntos del juicio, así que irá intentando ganarse a los demás con sus suposiciones y sus dudas.




Los personajes de esta película cumplen un rol a rajatabla: el racista, el vividor, el analítico (Fonda), el tímido... y son esas personalidades las que van determinando sus forma de ver al acusado al principio, aunque luego todos se vayan moldeando en mayor o menor medida con el paso de los minutos.

El ambiente es magnífico y, creo, es el punto más destacado. La película se graba, casi por completo, en la misma pequeña sala con una mesa, doce sillas y un baño anexo. Los 12 discutirán, debatirán, se exaltarán y protestarán en esa sala, mientras un calor infernal asola la ciudad y dentro no funcionan los ventiladores: calor, humo, hambre o ganas de ir al béisbol... el caso es que todos sufren la desdicha de permanecer allí mientras algunos intentan salvar al muchacho, haciendo de la experiencia un viaje tortuoso y opresivo.

La película critica la toma de decisiones profundamente tendenciosa e irracional a causa de incultura, prejuicios o, sencillamente, preferencias personales. Comparado al carácter analítico del miembro 8, lo cierto es que los demás son bastante lastimeros, piensen lo que piensen; aunque sea por su conformismo y sus ganas de quedarse donde están. 

El desarrollo de la película está bien aunque a veces peca de lento, supongo que para hacerla más agobiante, más terrible. No obstante, creo que el desarrollo de algunos personajes está demasiado cogido por los pelos, que parte de las defensas que hace Fonda me parecen demasiado imaginativas y aleatorias —sobre todo para tratarse de una película basada en lo meditado de los diálogos.

Nota: 8. Los diálogos están muy bien, las actuaciones son geniales y los actores de doblaje castellano están —creo yo— muy bien elegidos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Charlie y la fábrica de chocolate - Tim Burton

Los miserables, diferencias argumentales entre novela y musical

Ozark (Temporada 1) - Bill Dubuque, Mark Williams