Mass Effect: Revelación - Drew Karpyshyn
Revelación cuenta la historia de Anderson, nuestro superior al inicio del videojuego Mass Effect, de una joven llamada Kahlee Sanders, y de Saren el espectro.
Os pondré en situación: la especie humana encuentra unas ruinas proteanas (una especie extinguida hace, se supone, unos 50.000 años) en las profundidades de Marte y un año después descubren que lo que pensaban que era una Luna en órbita de Plutón es un enorme artefacto con el mismo tipo de tecnología que esas ruinas. Resulta que los proteanos dominaron la galaxia y, dada su extensión y los problemas para alcanzar puntos dentro de ella incluso a velocidades MRL (Más Rápidas que la Luz), instalaron una serie de relés que mediante efecto de masa hacen saltar a las naves de uno a otro. Estos relés están conectados entre ellos y permiten establecer rutas para atravesar la galaxia, así funciona. El asunto es que los humanos no saben nada del orden galáctico y comienzan con un pequeño conflicto armado con los turianos hasta que El Consejo de la Ciudadela, el órgano político más importante de la galaxia los reconoce y los protege bajo su manto. Hecho esto, la Alianza de Sistemas (los humanos, vaya) son una parte más de La Ciudadela y se ven obligados a cumplir sus leyes. Entonces, una base de investigación humana es arrasada y Anderson tendrá que investigar por qué. El hecho de que ese tema toque también la jurisdicción de los Espectros (el brazo ejecutor y al margen de la ley del Consejo) no es precisamente un buen indicativo. Que el encargado sea Saren es todavía peor.
La novela está bien. La historia es interesante y tiene los giros argumentales justos y necesarios, los personajes se adaptan bien a las situaciones y, dentro del contexto, deja un saborcillo a buen planteamiento y buen seguimiento. Ahora bien, Drew no es novelista y se le nota horrores. El ritmo de algunos capítulos es prácticamente inexistente, la descriptiva —por momentos— resulta completamente asfixiante y sobrecargada y la necesidad de que la trama avance. En el juego todo eso sería gráficamente representado y la carga no sería tan elevada, aquí me apoyo para considerarlo un gran guionista aunque un novelista mediocre. De todos modos, insisto, el argumento es interesante y tiene pocos saltos de fe.
Nota: 6,5. El universo mola, la historia y los personajes también. Pero a veces se hace un poco aburrido de leer.
Aquí podéis ver la portada y disfrutar de Saren en —casi— todo su esplendor. Le falta el rifle en las manos y tal.
Os pondré en situación: la especie humana encuentra unas ruinas proteanas (una especie extinguida hace, se supone, unos 50.000 años) en las profundidades de Marte y un año después descubren que lo que pensaban que era una Luna en órbita de Plutón es un enorme artefacto con el mismo tipo de tecnología que esas ruinas. Resulta que los proteanos dominaron la galaxia y, dada su extensión y los problemas para alcanzar puntos dentro de ella incluso a velocidades MRL (Más Rápidas que la Luz), instalaron una serie de relés que mediante efecto de masa hacen saltar a las naves de uno a otro. Estos relés están conectados entre ellos y permiten establecer rutas para atravesar la galaxia, así funciona. El asunto es que los humanos no saben nada del orden galáctico y comienzan con un pequeño conflicto armado con los turianos hasta que El Consejo de la Ciudadela, el órgano político más importante de la galaxia los reconoce y los protege bajo su manto. Hecho esto, la Alianza de Sistemas (los humanos, vaya) son una parte más de La Ciudadela y se ven obligados a cumplir sus leyes. Entonces, una base de investigación humana es arrasada y Anderson tendrá que investigar por qué. El hecho de que ese tema toque también la jurisdicción de los Espectros (el brazo ejecutor y al margen de la ley del Consejo) no es precisamente un buen indicativo. Que el encargado sea Saren es todavía peor.
La novela está bien. La historia es interesante y tiene los giros argumentales justos y necesarios, los personajes se adaptan bien a las situaciones y, dentro del contexto, deja un saborcillo a buen planteamiento y buen seguimiento. Ahora bien, Drew no es novelista y se le nota horrores. El ritmo de algunos capítulos es prácticamente inexistente, la descriptiva —por momentos— resulta completamente asfixiante y sobrecargada y la necesidad de que la trama avance. En el juego todo eso sería gráficamente representado y la carga no sería tan elevada, aquí me apoyo para considerarlo un gran guionista aunque un novelista mediocre. De todos modos, insisto, el argumento es interesante y tiene pocos saltos de fe.
Nota: 6,5. El universo mola, la historia y los personajes también. Pero a veces se hace un poco aburrido de leer.
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