Aventureros al tren (Ticket to ride)

Aventureros al tren es un juego muy sencillito. ¡Y un gran juego! Conocí este juego porque Cris, mi mejor amiga, me había hablado maravillas de él: era un juego sencillo, entretenido y con cierto factor estratégico. Cumplía todos mis requisitos. Y dado que Laura avaló lo divertido del juego, lo escogí como regalo de Cris en su pasado cumpleaños.


A decir verdad, no es que hayamos jugado demasiado. Yo no, al menos. Recuerdo que mi impresión del primer día fue bastante caótica. Una amiga y yo no habíamos jugado nunca y el resultado fue nefasto. Cris y Fernando, que ya habían jugado varias veces, nos llevaron una cantidad de puntos enorme, pero en la segunda partida ya se equilibraron las tornas. Puede que ya ganase esa segunda partida, puede que fuese otra. En Aventureros al tren puede ganar cualquiera eligiendo bien qué rutas se queda y con un bastante de suerte.

La mecánica es muy sencilla. Cada jugador tiene 45 trenes de plástico y tres estaciones que sirven para usar trazados ferroviarios de otro jugador (con muchos jugadores puede ser casi obligatorio usarlas). Cuando empieza la partida, cada jugador recibe tres rutas cortas y una larga y se queda con las que quiera, pudiendo descartar todas incluso. Las rutas largas son las más exigentes, pero también son las que más puntos reportan.

Con todo repartido, cada jugador recibe cuatro cartas de vagón aleatorias de las 110 que componen el mazo: 12 de cada color y 14 locomotoras (que sirven como carta de cualquier color y, además, sirven para hacer ciertos trazados que exigen el uso de una locomotora en concreto).

En cada turno, el jugador podrá construir un trazado gastando las cartas correspondientes (el tablero muestra que colores y número de cartas se tienen que invertir) o coger más cartas de vagón. No hay más opciones. A la hora de hacer trazados, lo habitual es completar las rutas que se tienen en la mano, aunque siempre hay tiempo para joder alguna ruta a los compañeros. En los juegos de mesa no se gana, se hace que los demás pierdan.

Este juego lo gana el que tiene más puntos. Cada estación no utilizada da 4 puntos, cada ruta completada da los puntos que pone la carta (si no está completada, los resta) y tener el trazado continuo más largo del juego (las estaciones no valen a este efecto) da 10 puntos. El resto de puntos se consiguen colocando los vagones de plástico en el tablero, durante el juego normal, en unas cantidades espeficicadas en el tablero y en una carta resumen: 1:1, 2:2, 3:4, 4:7, y así.

Esta edición cuenta con algunas expansiones que pueden aumentar las posibilidades del juego que, aunque divertido, es relativamente limitado. De todos modos, su duración, de 45 minutos o una hora y poco (dependiendo del número de jugadores) lo hace bastante versátil y, además, la mecánica sencilla y rápida lo hacen adecuado para numerosas situaciones.


Nota: 8. Es sencillo, moderadamente rápido y bastante divertido. Y gusta a los poco juegueros. ¡Todo a favor!

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