Swamp Thing
He empezado a leer La cosa del Pantano: Génesis Oscura, un tomo recopilatorio de las primeras aventuras de esa masa de compost con ranas y raíces.
En primer lugar me ha sorprendido ver el tono en el que se cuenta, tan triste, metafórico e incluso poético, un vocabulario enormemente trabajado que insiste e insiste en la desolación y en el relativismo de las cosas. Pese a esto, y también sorprendente por la inexorable comparación, nos encontramos con la pobreza argumental: accidente con nuevo medicamento y poderes al canto. Joder, leyendo unos cuantos comics podríamos llegar a la conclusión de que lo mejor que te puede pasar es sobrevivir a una hecatombe nuclear, química o biológica.
El dibujo es americano europeizado (típico de Vertigo: The Sandman, Hellblazer y demás), esto es: infinitamente más difícil de hacer que la estética manga (que sí, que hay mangakas que trabajan el dibujo hasta parecer realista, y me parece muy bien; también hay japoneses que hablan español y no caracterizamos a Japón como un país de habla hispana), y aprovechándose del juego de luces y sombras para acompañar el juego de claroscuros del guión.
En esencia, pese a ser la parte previa al señor Alan Moore, que elevó esta serie a su máximo exponente, Swamp Thing ya mostraba parte de su potencial; tal vez con menos lucidez de la que podría haber hecho gala otro guionista, pero, desde luego, quedando muy por encima del cómic medio.
En primer lugar me ha sorprendido ver el tono en el que se cuenta, tan triste, metafórico e incluso poético, un vocabulario enormemente trabajado que insiste e insiste en la desolación y en el relativismo de las cosas. Pese a esto, y también sorprendente por la inexorable comparación, nos encontramos con la pobreza argumental: accidente con nuevo medicamento y poderes al canto. Joder, leyendo unos cuantos comics podríamos llegar a la conclusión de que lo mejor que te puede pasar es sobrevivir a una hecatombe nuclear, química o biológica.
El dibujo es americano europeizado (típico de Vertigo: The Sandman, Hellblazer y demás), esto es: infinitamente más difícil de hacer que la estética manga (que sí, que hay mangakas que trabajan el dibujo hasta parecer realista, y me parece muy bien; también hay japoneses que hablan español y no caracterizamos a Japón como un país de habla hispana), y aprovechándose del juego de luces y sombras para acompañar el juego de claroscuros del guión.
En esencia, pese a ser la parte previa al señor Alan Moore, que elevó esta serie a su máximo exponente, Swamp Thing ya mostraba parte de su potencial; tal vez con menos lucidez de la que podría haber hecho gala otro guionista, pero, desde luego, quedando muy por encima del cómic medio.
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