Murió Octubre...

El curso ya ha mostrado su peso cuando ha caido con todas sus fuerzas en forma de trabajos, prácticas, ejercicios y demás. El año académico como tal ya ha empezado, fuera de ese velo medio protector con el que se envuelve septiembre, pasados los exámenes.

La normalidad ha vuelto.

Las historias siguen avanzando cada una a su ritmo. Desde las tierras del absurdo a las oscuras tierras de la Espada Negra, más brutas, oscuras y tristes y más fácil de escribir, dicho sea de paso. Y, entre medias, los relatos de Albos, que dieron origen al nick que utilizo para este blog, y que no podría tener más de lado, tal vez debido a ese enfoque tan clásico, tópico y manido... el relato de Albos es... demasiado fantasía medieval heroica para mi gusto. Quizá pudiera darle un cambio de enfoque, aunque entonces no sería la continuación de lo que estaba escribiendo; quizá pudiera seguir el guión que tenía pensado aunque a mí ya no me llene para acabar de contar la historia y poder decir: "así era", sin mayor pretensión.

No lo sé, no lo sé.

Y aún me quedan unos cuantos días de prácticas, y aún me quedan las prácticas del coche y, realmente, solo pienso en que se acabe todo y que el curso sea benévolo, en la implantación del grado, en sus cosas buenas y sus cosas malas; en que esta semana no ha habido The big bang theory y en que, al fin, estoy acabando Tormenta de espadas, un libro que devuelve a Canción de Hielo y Fuego todo lo que le arrebató Choque de reyes.

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