Carnivale (1ª temporada) - HBO
Bueno, qué decir, es una serie seria de la HBO así que uno ya se hace unas expectativas. Se dice: "joder, tiene que ser la leche". Y claro, la HBO pone un mimo en las cosas que no es normal, y uno acierta. Carnivale es una pequeña delicia de mitología contemporánea y del triunfo del esperpento humano en el Estados Unidos de después del crack del 29.
Carnivàle nos cuenta la historia de un espectáculo de feriantes, con mujer barbuda y todo. Como debe ser. Ben Hawkings huye de la justicia y encuentra refugio con estos feriantes, que son dirigidos por El Patrón (al que nunca se le ve) a través de Samson —el enano— y, en ocasiones, de Lodz —el mentalista ciego. Ben, pronto, nos revela que tiene poderes: puede, pagando el precio, curar dolencias, roturas, e incluso traer de entre los muertos. Sólo necesita el entrenamiento o la disciplina adecuada.
Resulta que, además, rizando el rizo, el señorito Hawkings tiene una especie de sueños chungos y revelaciones que comparte con un sacerdote bastante oscuro llamado Justin (como Bieber) Crowe, que está convencido de que es la mano ejecutora de Dios en la Tierra.
Sin gran complicación, la serie parece indicar un cruce de intereses entre Dios y el Diablo y como, de algún modo, mueven sus fichas en el tablero que es nuestro mundo. De hecho, la serie empieza con Samson recitando lo siguiente: "Al principio de los tiempos, tras la gran guerra entre el cielo y el infierno, Dios creó la tierra y le concedió su dominio a un astuto simio al que llamó hombre. De cada generación nació un Hijo de la Luz y un Hijo de las Tinieblas. Grandes ejércitos se enfrentaron de noche en la antigua guerra entre el bien y el mal. Y apareció la magia y la nobleza y una inimaginable crueldad. Y así fue, hasta el año en que un falso Sol estalló sobre Trinidad y el hombre decidió cambiar para siempre el milagro por la razón.", y parece que sí, que los ingredientes han sido presentados de antemano para demostrar que no había trampa ni cartón, justo como en un juego de feria.
Los opresivos y terribles sueños compartidos por los dos visionarios, la pobreza de casi todos los lugares que visita el espectáculo y demás, nos transportan a unos escenarios bastante, en mi opinión, oníricos. Hay, además, un juego recurrente entre lo que sucede alrededor del espectáculo y lo que le pasa a Justin. Lo normal es que cada capítulo, justo después de la cortinilla, empiece con uno de esos sueños proféticos para mostrarnos la exaltación y el nerviosismo con que se despierta Ben. A partir de ahí se desarrolla la trama del episodio, en general de forma bastante cerrada, salvo el puñado de preguntas que persisten desde los primeros capítulos hasta el final. A ver si la segunda temporada les da solución.
Los personajes son muy interesantes. Samson, Justin, Ben, Sofie, su madre, el grupo de bailarinas putillas, Johnsy, el patrón, Lodz, la mujer barbuda... todos forman parte del misterio, parte de la magia que rodea todo en la serie. Unos aportan más y otros menos, pero todos contribuyen a esa espiral que se da en las proporciones adecuadas para ser absolutamente maravillosa.
En cualquier caso, tal y como cabía esperar. Una gran, gran serie. Gracias a Lau y a Lúa por la recomendación.
Nota: 8,5. Una gran serie, una fantástica ambientación, unos magníficos personajes y ese sello personal de "hecho obra maestra por gracia de la HBO".
Otras temporadas:
— 2º temporada.
Otras temporadas:
— 2º temporada.
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