Viejas glorias: Comix Zone
La generación de MD y SNES daba sus últimos coletazos agónicos. La Play Station ya había llegado a Europa, y eso que fue la última de su generación en llegar, y Sega sorprendió a todos - o debió de hacerlo, yo de aquella tenía ocho años y no creo que lo valore con demasiada precisión - con el lanzamiento de este juego. Una aventurilla en scroll lateral (como casi todas las de la época) en la que el protagonista va repartiendo patadas y puñetazos (muy típico del momento también) hasta el final de la aventura.
Los gráficos son sublimes. Las animaciones, los diseños, los escenarios... todo es increíble y, probablemente, es lo mejor que vi a este respecto hasta la siguiente generación de consolas. El sonido tiene un toque sucio, de garaje, que encaja fantásticamente con todo el ambiente del escritor de cómics con pintas de rockero californiano alternativo que controlamos.
El argumento, claro que por aquel entonces, salvo los de rol, los juegos no valoraban este aspecto de ninguna manera, prácticamente, es que Sketch - que así se llama el rockero dibujante - estaba haciendo un comic sobre una invasión planetaria de un señor malo malísimo que se llama Mortus. Y en mitad de una tormenta, el comic cobra vida y Mortus mete al dibujante en el cómic, donde le resultará más fácil matarlo.
Así, había que atravesar viñeta por viñeta el cómic hasta llegar al final, enfrentarse al malo y terminar el juego. He de decir que yo, personalmente, nunca he conseguido el final bueno. Siempre me muere la chica y el prota vuelve a causar el desastre para poder rescatarla haciendo mejor las cosas. El juego es lo suficientemente duro - para mí - como para intentar repetirlo y mejorarlo, la verdad. El cómo reflejaba el hecho de estar metido en un comic era muy divertido, interesante y lleno de impacto visual: avanzar es un concepto abstracto, porque hay que llegar a la esquina inferior derecha de la página, sea como sea. Se puede romper cachitos de página, el malo pinta nuevos enemigos para intentar matarnos...
En cualquier caso, creo que fue uno de los juegos de avanzar a hostias más destacados que jugué nunca (mejor que el Streets of rage 2 y que el Golden Axe III, que también me gustaban). Lo alquilé - de aquella alquilar juegos, varias veces el mismo también, era muy típico - ains - sin conseguir terminarlo y la semana pasada conseguí el final malo. En fin, la verdad es que nos malcriaron con los juegos super fáciles de Play Station en adelante.
Nota: 10. No creo que, en su estilo, haya juegos mejores. Pero, lamentablemente, es un estilo que nunca me ha llenado. Un juego original, divertido, interesante, con unos gráfico asombrosos - para la época - del que sólo se puede tachar su considerable dificultad. Sobre todo para los que empezaron a jugar con la generación siguiente.
Lo siento, niños. Antes jugábamos así.
Los gráficos son sublimes. Las animaciones, los diseños, los escenarios... todo es increíble y, probablemente, es lo mejor que vi a este respecto hasta la siguiente generación de consolas. El sonido tiene un toque sucio, de garaje, que encaja fantásticamente con todo el ambiente del escritor de cómics con pintas de rockero californiano alternativo que controlamos.
El argumento, claro que por aquel entonces, salvo los de rol, los juegos no valoraban este aspecto de ninguna manera, prácticamente, es que Sketch - que así se llama el rockero dibujante - estaba haciendo un comic sobre una invasión planetaria de un señor malo malísimo que se llama Mortus. Y en mitad de una tormenta, el comic cobra vida y Mortus mete al dibujante en el cómic, donde le resultará más fácil matarlo.
Así, había que atravesar viñeta por viñeta el cómic hasta llegar al final, enfrentarse al malo y terminar el juego. He de decir que yo, personalmente, nunca he conseguido el final bueno. Siempre me muere la chica y el prota vuelve a causar el desastre para poder rescatarla haciendo mejor las cosas. El juego es lo suficientemente duro - para mí - como para intentar repetirlo y mejorarlo, la verdad. El cómo reflejaba el hecho de estar metido en un comic era muy divertido, interesante y lleno de impacto visual: avanzar es un concepto abstracto, porque hay que llegar a la esquina inferior derecha de la página, sea como sea. Se puede romper cachitos de página, el malo pinta nuevos enemigos para intentar matarnos...
En cualquier caso, creo que fue uno de los juegos de avanzar a hostias más destacados que jugué nunca (mejor que el Streets of rage 2 y que el Golden Axe III, que también me gustaban). Lo alquilé - de aquella alquilar juegos, varias veces el mismo también, era muy típico - ains - sin conseguir terminarlo y la semana pasada conseguí el final malo. En fin, la verdad es que nos malcriaron con los juegos super fáciles de Play Station en adelante.
Nota: 10. No creo que, en su estilo, haya juegos mejores. Pero, lamentablemente, es un estilo que nunca me ha llenado. Un juego original, divertido, interesante, con unos gráfico asombrosos - para la época - del que sólo se puede tachar su considerable dificultad. Sobre todo para los que empezaron a jugar con la generación siguiente.
Lo siento, niños. Antes jugábamos así.
Mira el abuelo riéndose de los chavales! Había que verte a ti hacerte cientos de niveles del Gauntlet para nada o devanándote los sesos con La abadía del crimen. Estos jóvenes noventeros no saben lo que eran los juegos de los ochenta...
ResponderEliminarJajajajaja.
ResponderEliminarNah, tranquilo, cuando yo era crío-crío, en mi casa había una infernal Atari. Personalmente, tengo la duda de si los juegos podían terminarse o no.
Los juegos fueron cambiando, innegablemente.