El segador - Terry Pratchett

Los Auditores de la Realidad no están nada contentos con el hecho de que la Muerte haya desarrollado rasgos de personalidad, así que deciden echarla del trabajo y darle un tiempo de vida antes de su desaparición total. La Muerte acaba así en la granja de la anciana señorita Flitworth, en las Montañas del Carnero. No obstante, mientras se desarrolla un nuevo concepto humano para la Muerte, lo que lleva tiempo, porque los humanos tienen pensamientos muy complejos, los muertos son incapaces de abandonar el mundo de los vivos, por lo que empiezan a pulular toda clase de no muertos. Uno de ellos es el mago Windle Poons, quien, incapaz de morirse, a pesar de intentarlo con todas sus fuerzas (y las del resto de magos), acaba asistiendo a las reuniones de un grupo que defiende los derechos de los no muertos ante el maltrato humano.

 Reaper Man (Literature) - TV Tropes

Una sombra de melancolía llega al Disco

El Disco, ese mundo espejo de mundos que viaja a lomos de cuatro elefantes que se alzan sobre el caparazón de la tortuga espacial Gran A'Tuin, está constantemente amenazado con la destrucción inminente, pero es, ante todo, un lugar de comedia. Hasta este momento, el tono, aunque a veces esté salpicado por temas de crítica social, ha sido inequívocamente humorístico, pero Pratchett ha decidido que quiere, y puede, rompernos también el corazón.

El segador tiene dos grandes bloques: el del humor más típico de Pratchett, que protagonizan Windle Poons, otros no muertos y los magos de Ankh-Morpork ante una invasión parasitaria que se alimenta de ciudades, y el melancólico y filosófico bloque que protagoniza la Muerte en la granja de la señorita Flitworth. Los dos funcionan de maravilla, cada uno en lo suyo, pero quizá el cambio de unas páginas a otras sea demasiado extremo. A ratos tenía la impresión de estar leyendo dos novelas distintas… no del todo bien cosidas. Como lector, quería menos segmentos de Poons, que me dejasen más tiempo con aquella Muerte que aprovechaba, o intentaba aprovechar, sus días como ser vivo, esos días que se le escapaban apresuradamente entre los dedos.

La vida, la muerte y el inexorable paso del tiempo

Desde Mort, al menos, sabemos que en el hogar de la Muerte hay una enorme colección de relojes de arena y que cada uno es un contador de la vida de un mortal. No obstante, es en El segador donde de verdad se juega con ese paso del tiempo como arena que se escurre entre los dedos, que se escapa de forma inevitable.

Y Mundodisco es una colección de libros muy divertida, pero tiene muchos personajes que son un poco (o a veces muy) miserables. La Muerte, en cambio, es ese ser inhumano que se ha ido humanizando poco a poco y que en estas páginas se hace sentir casi como una mano amiga, sea para dar descanso a un Windle Poons completamente agotado o para conceder un extenso y extenuante baile a la señorita Flitworth. Recuerdo pensar leyendo The Sandman, del hoy cancelado (y amigo de Pratchett) Neil Gaiman, que ojalá existiese una Muerte y fuese la de ese cómic, pero también me valdría la de la Muerte del Mundodisco, una Muerte que llega a enunciar lo siguiente: «What can the harvest hope for, if not for the care of the Reaper Man?».

Conclusión

Es uno de mis libros favoritos. Quizá no cosa del todo bien sus dos bloques, quizá no sea el más perfecto (en ese sentido), pero creo que lo compensa de sobra con el perfilado de la Muerte, los temas que trata y la forma en que lo hace. Era, junto con Pies de barro, el libro que con más cariño recordaba de mi primer viaje por el Disco y este reencuentro me ha hecho sentir muchas cosas. Además, creo que El segador tiene el mejor final hasta la fecha del Mundodisco. Lo adoro.

Otras novelas de Mundodisco

1. El color de la magia.

2. La luz fantástica.

3. Ritos iguales

4. Mort.

5. Rechicero

6. Brujerías.

7. Pirómides.

8. ¡Guardias! ¡Guardias!

9. Eric.

10. Imágenes en acción.

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