El color de la magia - Terry Pratchett

En un peculiar mundo de fantasía (uno constituido por un disco que viaja a lomos de cuatro elefantes que, a su vez, descansan sobre el inmenso caparazón de Gran A'Tuin, una tortuga que cruza el universo con quién sabe qué tortuguil propósito), la gran ciudad de Ankh-Morpork recibe la inesperada visita del primer turista del Disco: el acaudalado y curioso Dosflores. Y el destino, un ser puñetero, va a llevar al fracasado mago Rincewind, cuya mente está ocupada por un único y poderosísimo conjuro con voluntad propia, a a ser su guía por orden expresa del patricio de la ciudad. ¿Qué podría salir mal?

The Colour of Magic (1983): Terry Pratchett – The Idle Woman

El Mundodisco

Supongo que la mayoría ya habréis oído hablar de esta serie de divertidas novelas de fantasía en clave de humor, a menudo británicamente absurdo, porque son bastante famosas (y en un mundo mejor lo serían más). En este mismo blog reseñé Mort, en su momento… hace tanto tiempo que no tenía ni un formato más o menos establecido para hacerlo.

En fin, que Mundodisco es lo más conocido (y lo más extenso) de Terry Pratchett y es muy recomendable; pero debo reconocer que guardaba un recuerdo mediocre de El color de la magia. Muy mediocre. Quizá el problema fue empezar por otras novelas posteriores, cuando Pratchett ya había pulido su estilo y afilado su pluma, pero, como digo, mi recuerdo no era muy positivo.

El caso es que han pasado unos cuantos años (tantos que me marea un poco pensarlo) y, aprovechando que un amigo me ofreció dejarme la colección en inglés, decidí que era un momento genial para embarcarme de nuevo en esta aventura compuesta por 41 novelas. Porque las trilogías, las pentalogías, las heptalogías y hasta las decalogías le parecían poco al escritor de Beaconsfield.

Rincewind y Dosflores

Reconozco que la primera vez que leí la novela no me cayó muy bien ninguno de los dos. Dosflores me parecía un poco cargante y Rincewind, un petardo quejica y constantemente atemorizado. Bueno, eso es lo que mi ya nebuloso recuerdo me indica que había pensado; porque esta vez no pensé eso.

Dosflores es un personaje encantador que va seguido en (casi) todo momento por un temible e imparable cofre con docenas de pequeñas piernas en su parte inferior y con un borde interior repleto de dientes como lápidas. Este cofre, el Equipaje, permite solucionar unas cuantas situaciones, por lo que supongo que tiene mucho de mecanismo narrativo, pero lo cierto es que el autor consigue darle bastante personalidad y lo hace protagonizar algunos momentos estupendos. La relación principal de la novela es la que existe entre los intereses de Dosflores (que consisten en verlo todo y, en la medida de lo posible, sacarle una foto) y Rincewind (que empieza queriendo estar sencillamente tranquilo pero, debido a los constantes problemas en que se meten, acaba queriendo seguir sencillamente vivo) y es aquí donde brilla El color de la magia. Son unos personajes divertidísimos y, aunque es cierto que en muchos aspectos Pratchett mejorará con el paso de las entregas, hay ya muchas ideas geniales que acabarán siendo parte de ese universo tan detallado y maravilloso que es el Mundodisco.

Conclusión

Quizá debido a que no soy nada amante de recomendar cosas que empiezan a molar tiempo después («ved esta serie, que a partir de la tercera temporada se sale» me parece, hoy en día, una propuesta terrible), siempre dudé un poco de si recomendar estas novelas o solo algunas en concreto. En cualquier caso, la relectura me ha resuelto la duda: Mundodisco es gracioso y competente desde sus primeras páginas, ¡y luego, además, es mucho mejor!

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