Ritos iguales - Terry Pratchett
En las recónditas y poco exploradas montañas del Carnero hay un pueblo en el que un octavo hijo, un herrero, espera angustiado a que su mujer dé a luz a su octavo hijo, lo que lo convertirá automáticamente en mago. Drum Billet, un mago a punto de morir, se dirige allí y lega su bastón mágico al bebé antes de morir, pero este octavo hijo tiene una terrible peculiaridad: es una niña.
Magia rosa y magia azul
Los magos son hombres y las brujas son mujeres. Esto es así. Siempre ha sido así. Es la tradición y hay que respetarla. No obstante, cuando la bruja Yaya Ceravieja acaba preparando a Eskarina, la niña que heredó el bastón del mago, para ser bruja… empieza a tener dudas. ¿Qué van a hacer con el poder puramente de mago que late en el interior de la niña? ¿Qué van a hacer con el bastón? ¿Por qué es todo tan complicado?
Yaya es, probablemente, el personaje mejor construido hasta el momento en Mundodisco: es una bruja poderosísima que siempre viste de negro y lleva un sombrero puntiagudo, también negro, claro; tiene mucho carácter, un poco mordaz, y es una mujer dura pero de buen corazón, capaz de detener numerosos altercados con una sola de sus frías malas miradas. Gran parte del primer tercio del libro consiste en la convivencia con Eskarina y en cómo le enseña las artes de las brujas, desde las más mundanas a lo que la niña llama «magia de verdad», como el Préstamo (por el que introduce su consciencia dentro de la mente de un animal… o de otros seres conscientes).
La cuestión es, como ya adelantaba, que Esk tiene también magia de mago y cuando sus poderes empiezan a manifestarse Yaya decide que hay que hacer algo al respecto, lo que las llevará a ambas a la Universidad Invisible de Ankh-Morpork, en la que pasarán muchas, y muy peligrosas, cosas.
Igualdad de derechos
Ritos iguales no es, precisamente, el libro más divertido de Pratchett. No me entendáis mal: hay mucho humor en sus páginas, pero no es ni tan absurdo ni tan constante como en las dos novelas anteriores (El color de la magia y La luz fantástica, que reseñé recientemente), y creo que se debe a que esta vez el autor tiene una intención más grande: no se trata de una simpática novela de aventuras, aunque sea una novela y tenga aventuras.
Pratchett, que a lo largo de la serie de novelas de Mundodisco hablará, y criticará, largo y tendido nuestro propio mundo, se mete aquí de cabeza a hablar sobre la igualdad de derechos, algo que ya anuncia con el título de la novela, que suena como Equal Rights, precisamente esa igualdad de derechos de la que trata la novela. Creo que deberían haber optado por otro título en español, la verdad; me da la sensación de que decidieron ser más fieles a la forma que al fondo del título original.
Toda la novela gira en torno a eso. ¿Por qué no puede una mujer ser maga? Sí, por la tradición, pero ¿qué importa la tradición? ¿Por qué no se pueden cambiar las tradiciones perjudiciales? ¿Qué aportan? Sinceramente, creo que Pratchett borda ese apartado.
Conclusión
En mi opinión estamos ante el primer gran libro de Mundodisco. Quizá no sea de los mejores, porque puede que no tenga el humor tan a punto como en otras entregas igual de profundas, pero la lectura es ágil y divertida, Yaya es un personaje maravilloso, las aventuras de Esk son muy entretenidas y el fondo de la novela es una crítica feroz y, desde luego, acertada.
Pratchett, como siempre, con el corazón en el lado correcto.
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