Mort - Terry Pratchett
Muerte, el impávido esqueleto que se lleva las almas de los muertos del Disco, elige a un muchacho como aprendiz y le enseña el oficio. No cuenta, en cualquier caso, con las locuras que puede llevar a hacer la juventud. Claro, pobre, él no tiene glándulas y la forma de sentir de las personas se le escapa.
Los dominios de Muerte
Gran parte de la novela transcurre en el lugar en el que vive el segador: un lugar hermoso, a su manera, aunque con una pobre paleta de colores. No obstante, Muerte no vive solo, como pronto descubre el muchacho (perdón, Mort): vive con una joven de más o menos la edad de Mort, Ysabella, que es su hija, e incluso tiene un mayordomo, Albert.
Pratchett los explota a través de divertidas dinámicas más o menos familiares, alteradas por la falta de glándulas (y por tanto de sentimientos) de Muerte; aunque hay una serie de sorprendentes (y graciosos) giros, muy en la línea de Mundodisco. Así que esas tenemos, Albert…
A lo largo de la novela, en cualquier caso, asistimos a la evolución de Mort como aprendiz, porque incluso una personificación antropomórfica, el último ser que ven los habitantes del Disco antes de su paso a lo que sea que los espera después de morir, merece algún que otro día de descanso.
Una novela sobre lo que nos hace humanos
Mort es una novela muy divertida y eficaz que gira en torno a lo que nos hace humanos, algo en lo que insiste por activa y por pasiva.
Por un lado tenemos a Mort, claro, que la lía parda con sus impulsos, con sus hormonas y con su sentido de la justicia. Por otro tenemos a Muerte, quien dice abiertamente que no existe tal justicia, que solo existe él. La muerte, la gran igualadora, con voz propia en Mundodisco.
No obstante, cuando el segador decide tomarse unos días para probar eso de la humanidad, asistimos a la triste transición de Mort, que de algún modo se ve obligado a actuar como si fuese Muerte, lo que de algún modo lo va haciendo realmente Muerte; mientras que el Muerte original se dedica a beber, a pescar, a charlar, a cocinar y a otras tareas muy humanas. ¿Hace eso más humano a Muerte? ¿Hace eso menos humano a Mort? ¿Qué es ser humano? Quizá, de hecho, en el Disco sea tan solo tener emociones que nos guían y definen, hasta cierto punto, lo que cada uno considera justo.
Esto, precisamente, es lo que se le escapa a Muerte, aunque en alguna ocasión ya actuó con cierta humanidad, siempre que eso no le impidiese ejecutar su trabajo a la perfección. Muerte es un profesional, pero en ningún caso un psicópata. De hecho, le dice a Mort que lo rechazaría como aprendiz si disfrutase con el hecho de matar a la gente. Y eso, aunque no tenga sentimientos, aunque no tenga glándulas, me parece una conducta terriblemente humana. Porque Pratchett adora a sus personajes, los quiere de verdad, y Muerte también está tratado desde ese inmenso cariño.
Conclusión
Aunque no me gusta nada la escena de la pelea (no voy a entrar en detalles para no destripar nada, aunque supongo que quienes habéis leído Mort sabéis perfectamente a qué escena me refiero), es una novela que disfruto mucho: Muerte, Mort, Ysabell, Albert, Keli, Cutwell… Son todos maravillosos.
No me pareció tan buena como cuando la leí en 2008, cuando quizá simpatizaba más con la forma de sentir del protagonista, mientras que ahora entiendo mejor el punto de vista de Muerte. La magia del libro es, quizá, que se trata de una estupenda lectura empatices con quien empatices. Creo que sería una lectura divertidísima incluso para un ser sin glándulas. ¿Se puede decir algo mejor?
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3. Ritos iguales.
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