Dark (Temporada 1) - Baran bo Odar, Jantje Friese

Se trata de la primera serie en alemán que produce Netflix, un thriller sobrenatural sobre unos niños que desaparecen sin dejar rastro y de otros cuyos cuerpos aparecen con extrañas quemaduras en la zona de los ojos.




¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Qué?
La historia comienza en 2019 con el suicidio de Michael Kahnwald, quien dejó una nota de suicidio en cuyo sobre solicitaba que no se abra hasta el 4 de noviembre. Su hijo ha pasado meses recibiendo atención psiquiátrica y ahora vuelve al instituto. Poco antes de esto, Erik Obendorf desapareció un día sin dejar rastro, y Ulrich Nielsen, cuyo hermano Mads desapareció en 1986 en similares circunstancias, es asignado a la investigación del caso. Y todo empieza a liarse.

Jonas y su chubasquero amarillo.
Photo by Julia Terjung/Netflix

El problema de las historias que no se cuentan cronológicamente es que resultan algo farragosas de entrada, cuesta situarse en ellas. Cuando no se cuentan cronológicamente y hay viajes en el tiempo, el resultado es confuso de forma casi inevitable. Dark es confusa.

La serie tiene muchos personajes y algunos de ellos no son fáciles de distinguir al primer vistazo, hasta que nos acostumbramos a ellos. El hecho de que luego aparezcan los personajes de 1986 y, más tarde aún, los de 1953, tampoco ayuda. Dark es liosa, tiene un montón de personajes y a muchos de ellos los interpretan varios actores. A esto unimos los viajes en el tiempo y se convierte en un caos.


Ser detective debe de ser complicado, pero serlo en una trama con viajes en el tiempo debe de ser, si me disculpáis, un mierdón.
No es Stranger Things
A menudo se compara a Dark con Stranger Things, pero en realidad tienen poco que ver. Hay un factor sobrenatural importante y hay adolescentes y policías, sí, que podríamos decir que ya es bastante; pero la serie alemana juega a otra cosa, quizá con un tono más heredero del Twin Peaks original que de la serie de Eleven y el Demogorgon.

Dark no tiene prisa, ni ganas de camelarnos con escenas de acción, ni con guiños a obras de los 80 (aunque se podría sacar alguno, ¿no es el chubasquero de Jonas un guiño a It?) ni con diálogos ágiles, chispeantes y divertidos. Dark solo quiere contar su historia y deleitar al espectador con una factura impecable: una atmósfera cargada y agobiante, con una de las lluvias más constantes, agresivas y bonitas que he visto en pantalla; un elegante juego de colores en el que detalles intensos destacan sobre fondos apagados; y una estupenda banda sonora de música alemana en la que a veces, como en el tema Goodbye de los créditos de apertura, sorprenden unos graves muy poderosos.


Si es que con lo que llueve en Dark y los frenos de los años 50…
Photo by Julia Terjung/Netflix
Conclusión
Dark merece la pena. Las historias con viajes en el tiempo suelen ser tramposas, más humo y espejos que chicha, y puede que a la serie de Baran bo Odar y Jantje Friese también le pase; pero el reparto, el tono y su soberbia factura compensan cualquier carencia de originalidad o claridad expositiva. Es un producto muy disfrutable.


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