La canción de la princesa oscura
Esta novela, del valenciano Javier Bolado, se basa en una prosa simple y rápida que confieren al libro un ritmo ameno y proporciona una lectura sencilla y cómoda. Justo lo que necesitaba tras aventurarme con las páginas de Fausto.
La historia es tópica, carente de profundas reflexiones o de un enfoque original: es la típica historia, y no lo digo, especialmente, como algo despectivo. Es lo que hay, ni más ni menos. El autor no pretende que los lectores piensen, ni se planteen qué sucede, ni por qué, ni nada; cuenta lo que quiere contar, se frota las manos con gesto satisfecho, y nos da una palmadita en la espalda cuando el libro acaba augurando segunda parte. Cuenta como una doalfar (elfa de toda la vida) tiene que cumplir una misión para los shamanes (que sonaba mucho mejor que chamán, supongo, o quería eliminar las asociaciones reales de dicho término) y en el transcurso de la misma, como casi toda la gente poderosa del mundo quiere matarla, conoce a Adriem, que es un común (que es como los pijos y estirados doalfar llaman a los humanos) que la ayuda en todo (y es que tiran más un par de tetas que...). Así avanza la historia, aparecen más personajes que o darían la vida por Eliel (la elfa que tiene la misión), o venderían a su propia madre por matar a la doalfar. No hay términos medios: hay blancos, hay negros, y el gris es un concepto desconocido. Finalmente, para introducir la magia en Adriem, todo el mundo sabe que todo protagonista de fantasía heroica tiene que trascender las normas de la lógica (no hay más que ver a la alegre comitiva de ESDLA, y todos sabemos que la fantasía heroica NUNCA hará nada que no haya hecho Tolkien antes, por no crear un estilo distinto, vaya... ni atreverse a sugerir que han mejorado el texto que ese misógino escribió entre 1937 y 1949) el protagonista resultará ser un "sephirae" que hace magia sin conjurar, una especie de hechicero de combate que canaliza la magia directamente... ¿un jedi?
La novela gira en torno al amor, al destino y en torno a los sueños. El primero goza de gran importancia en toda la obra: son los típicos personajes que niegan sentir tal cosa cuando está más claro que el agua. ¿Cómo se va a enamorar una doalfar de un humano asqueroso? Claro... no vieron Aladdín y su amplitud de miras está truncada...
El texto aparece intercalado con algunas ilustraciones del propio autor, que hay que reconocer que no es malo; es una estética manga, que no acaba de llamarme en absoluto, pero se le da bien, realmente.
La historia, en general, se lee bien, con soltura y comodidad, pese a algunos errores dignos de colleja para el autor y para, si los hubo, correctores de la editorial correspondiente. En serio, ¿por qué pagan a esa gente?, es un misterio. Una lectura fácil y adolescente, ideal para desconectar.
La historia es tópica, carente de profundas reflexiones o de un enfoque original: es la típica historia, y no lo digo, especialmente, como algo despectivo. Es lo que hay, ni más ni menos. El autor no pretende que los lectores piensen, ni se planteen qué sucede, ni por qué, ni nada; cuenta lo que quiere contar, se frota las manos con gesto satisfecho, y nos da una palmadita en la espalda cuando el libro acaba augurando segunda parte. Cuenta como una doalfar (elfa de toda la vida) tiene que cumplir una misión para los shamanes (que sonaba mucho mejor que chamán, supongo, o quería eliminar las asociaciones reales de dicho término) y en el transcurso de la misma, como casi toda la gente poderosa del mundo quiere matarla, conoce a Adriem, que es un común (que es como los pijos y estirados doalfar llaman a los humanos) que la ayuda en todo (y es que tiran más un par de tetas que...). Así avanza la historia, aparecen más personajes que o darían la vida por Eliel (la elfa que tiene la misión), o venderían a su propia madre por matar a la doalfar. No hay términos medios: hay blancos, hay negros, y el gris es un concepto desconocido. Finalmente, para introducir la magia en Adriem, todo el mundo sabe que todo protagonista de fantasía heroica tiene que trascender las normas de la lógica (no hay más que ver a la alegre comitiva de ESDLA, y todos sabemos que la fantasía heroica NUNCA hará nada que no haya hecho Tolkien antes, por no crear un estilo distinto, vaya... ni atreverse a sugerir que han mejorado el texto que ese misógino escribió entre 1937 y 1949) el protagonista resultará ser un "sephirae" que hace magia sin conjurar, una especie de hechicero de combate que canaliza la magia directamente... ¿un jedi?
La novela gira en torno al amor, al destino y en torno a los sueños. El primero goza de gran importancia en toda la obra: son los típicos personajes que niegan sentir tal cosa cuando está más claro que el agua. ¿Cómo se va a enamorar una doalfar de un humano asqueroso? Claro... no vieron Aladdín y su amplitud de miras está truncada...
El texto aparece intercalado con algunas ilustraciones del propio autor, que hay que reconocer que no es malo; es una estética manga, que no acaba de llamarme en absoluto, pero se le da bien, realmente.
La historia, en general, se lee bien, con soltura y comodidad, pese a algunos errores dignos de colleja para el autor y para, si los hubo, correctores de la editorial correspondiente. En serio, ¿por qué pagan a esa gente?, es un misterio. Una lectura fácil y adolescente, ideal para desconectar.
La verdad yo extraje una visión mucho más positiva de la obra tras leerla, encontré que para ser de alguien dedicado al manga no estaba en absoluto mal escrita en especial las partes de duelo que me gustaron bastante, claro está que si el autor entiende de esgrima es más sencillo que nos transmita mejor al papel un duelo.
ResponderEliminarMe sorprendió gratamente tener un libro al fin como este en España, en Japón la Novela-manga es más habitual pero en España es raro ver una novela ilustrada no dirigida a niños, más raro aún es encontrar una con ilustraciones manga.
Estoy deseando leer el segundo libro y la edición en manga que sacarán el futuro.
Quizá es que soy mal pensada o que tengo menos experiencia que tú leyendo y no lo vi venir, sea lo que fuere yo no vi personajes tan blancos ni tan negros sin intermedios, la verdad es que sospeché hasta de la dueña de la posada, o quizá es que estaba esperando alguna traición, aunque debo darte toda la razón sobre que era más que obvio que se gustaban los dos protagonistas, pero si te basas en dos personajes obstinados no tendrás un acercamiento sincero rápido.
Un saludo.
Indudablemente, no es típico en España hacer una novela como esta, no te lo discuto. Obviamente, en Japón, la novela-manga es más habitual que en España, solo faltaba; el día que eso deje de ser así me plantearé pedir la nacionalidad francesa... o portuguesa.
ResponderEliminarEs una lectura fresca y supongo que, si se tercia, leería la segunda parte. La versión manga ya no, pero sí vería con cierto interés el conocer el final de la historia.
El desarrollo de los personajes es demasiado tajante, son estereotipos. Me aburrían. Pero bueno, contribuian a agilizar la historia, eso sin duda. Unos personajes más complejos harían que la historia avanzase a ritmo más lento. Hay que saber decidir cuál es el término que se le quiere dar, pero a mí este me pareció poco profundo.
Un saludo, y sigue leyendo.