Gideon la Novena - Tamsyn Muir
El Nigrolord supremo convoca a representantes de las casas nobles en la Morada Canaán, el hogar de la primera casa, para elegir una nueva hornada de lictores. Nadie sabe a qué pruebas deberán enfrentarse y, cuando empiezan los problemas, nadie sabe si seguirán vivos un día más. ¡Viva el Nigrolord supremo! ¡Viva el Emperador imperecedero!
Mandoble, gafas de sol y revistas de tetas
Descrito a menudo como «lesbianas nigromantes en el espacio», una descripción correcta pero, en mi opinión, imprecisa e incluso engañosa, Gideon la Novena es una historia de fantasía rápida con un estilo que combina lo recargado y pomposo con lo frenético y hasta con lo soez. Sí, hay lesbianas; sí, son nigromantes; y sí, están en el espacio; pero la novela no va de eso. Es más bien, siempre según mi opinión, una novela con «lesbianas nigromantes en el espacio». Y Gideon, la musculosa y soez caballera capital de la Novena casa, es la protagonista de esta entrega.
Gideon será la encargada de velar por la vida de la devota hija de la Novena, la nigromante Harrowhark, candidata a la lictoralidad, que es un conjunto de fragilidad física, insidia ponzoñosa y manejo de los huesos. Con las caras pintadas como calaveras, explorarán la laberíntica Morada Canaán e intentarán revelar sus secretos, todo ello mientras intentan evitar la muerte que ha empezado a cernirse sobre los representantes de las casas nobles: hay algo entre las pétreas paredes del ruinoso e inmenso palacio de la primera casa, y ese algo los está cazando uno a uno.
Los candidatos a la lictoralidad
Uno
de los mayores logros de Muir es el abanico tan amplio de personajes
interesantes que consigue esbozar mientras introduce y desarrolla el
universo en el que transcurre la historia. El ritmo de la novela es
rápido, en la línea de las historias de aventuras de corte juvenil.
Supongo que podríamos decir que el formato recuerda, a su manera mezcla
de barroca y chabacana, al de un Los juegos del hambre con espada y brujería nigromancia.
Si
bien es cierto que todo cuanto creo que se puede hacer con los
representantes de la Octava es tirarlos por un barranco (un barranco
alto con piedras afiladas en su parte inferior, si es posible), el resto
me parecieron unos personajes o geniales o, al menos, muy bien
planteados. Es maravilloso, por ejemplo, cómo se confunden las
integrantes de la Segunda casa; cómo sus identidades personales, como
nigromante y como caballera, están subyugadas a la entrega al estamento
militar. Esas dos son más soldados que otra cosa. Y qué decir de los
integrantes de la Tercera, la Novena y la Sexta, todos ellos
maravillosos. Gideon y Harrow son, como cabía esperar, constituyen un tándem espectacular; pero, con todo, mi favorito fue la comitiva formada por los representantes de la Sexta, Palamedes y Cam.
La voz narradora
Resumiendo
No creo que nos encontremos ante un libro perfecto, pero creo que Gideon la Novena, que está estupendamente traducida por David Tejera Expósito, es una novela divertida, oscura, bruta y siempre solvente; una de las novelas con las que más me he viciado en años. Os la recomiendo encarecidamente.
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