Estrenos que abandonamos (IV)

Hoy se combinan en esta entrada dos clases de series, por un lado las creaciones horribles, horripilantes, que dejamos en el piloto, y por otro aquellas a las que decidimos darle una segunda oportunidad y acabamos dejando de todos modos. Así que separaré ambos casos y empezaré por las series a las que dimos una oportunidad pero acabamos abandonando.

Un mundo sin fin (World without end)

De esta serie ya os hablamos en la primera entrada de «Series que seguimos viendo», donde decíamos que la serie era «normalita sin más» y que seguíamos viéndola «leeentamente». Pues bien, esa leeentitud se fue haciendo más y más notable con cada capítulo hasta el capítulo cuatro, cuyo visionado postergamos una y otra vez (y eso que nos llevó casi un mes y medio llegar hasta él).

Por decir algo bueno: Tom Weston-Jones no está tan forzado como en Copper.

¿Qué problemas tiene Un mundo sin fin? Abreviaré diciendo que es, sencillamente, aburrida y repetitiva. Los personajes se tambalean de un lado a otro sin nada que hacer ni que decir, salvo para iniciar más y más culebrones. ¿Tramas románticas? Por doquier. ¿Otras tramas? Un par de ellas y a vista de pájaro.

Nota: 3,5. La serie podría haber estado bien, pero los personajes no despegan, las tramas parecen estancadas (¡hasta la mitad de la serie!) y la sensación general es de absoluto aburrimiento.

Elementary

Elementary es otra serie a la que dimos cierto margen. Vimos 5 episodios (a Laura parecía caerle en gracia y a mí me daba igual otorgarle ese margen de 40 minutos semanales a ver si arrancaba). ¿Y qué podemos decir? Pues que, sí, es verdad, la serie mejora... un poco. El primer y el segundo episodio son los peores de la serie, los más aburridos. A partir de ahí se nota cierta mejoría. ¿Suficiente? No. No es suficiente.


Y lo que más me sorprende es que hayan tenido el valor (sí, valor) de hacer una adaptación contemporánea tan asombrosamente mediocre cuando la BBC está haciendo Sherlock (que puede gustar más o menos, pero al menos tiene factura de Serie de Primera División). Elementary es un procedimental típico, con personajes bastante típicos que responden al nombre de Sherlock Holmes y Joan Watson. Holmes es completamente insoportable, Watson tiene más presencia en pantalla que él. Los casos son completamente normales. El escenario neoyorquino no es aprovechado (y si uno lo compara con el trabajo paisajístico que se hace sobre Londres en la serie de la BBC puede echarse a llorar del disgusto) y, en general, la serie deambula en una aburrida mediocridad o con un cierto grado de comicidad procedimental que no parece ser la intención original.

Nota: 4,5. La serie no es horribilísima (¡llegamos al capítulo 5!) pero no pasa de ser un quiero y no puedo. Las comparaciones con Sherlock son más de lo que puede afrontar.



Y ahora ya nos vemos con las series que abandonamos sin miramientos porque no había por donde cogerlas.

Animal practice

Es mala. Así, sin más. Es una de estas series que producen rechazo. La idea sonaba a mala y la serie es mala. La idea: «8 episodios en los que George Coleman (el mejor veterinario de Nueva York) afronta casos y mantiene una relación de amor-odio con su jefa». Una típica sitcom de médicos, pero con animales que hacen ruido y un mono circense, que es el mejor amigo de Coleman, que se pasea, pone caras y hace cosas. Pues vale.


Nota: 1. Lo siento, es HORRIBLE. Huid de ella. Gracias a los Siete ya fue cancelada.

Made in Jersey

El problema de esta serie es que su piloto no consigue transmitir nada. Martina Garretti es una mujer perfecta, es buena, es inteligente y es diestra con las artes de la abogacía. Es de familia humilde y parece que eso va a jugar en su contra, pero su jefe (interpretado por Kyle MacLachan, de largo lo mejor de la serie) se da cuenta de su potencial y patatín y patatán.


Nota: 3. Es imposible sentirse interesado por la serie. Se canceló tras ¡¡2 capítulos!! Comprendo que es difícil luchar contra The good wife (en la misma cadena), pero Made in Jersey no necesita comparaciones para salir escaldada. Es mala por méritos propios.

Chicago Fire

La serie sigue al cuerpo de bomberos de Chicago aunque nos presentan también a gente de ambulancias y de la policía. Pero se olvida de una cosa, del espectador. Admitamos que las series que se centran en la evolución diaria de un grupo de personas, de un grupo de profesionales (en este caso los bomberos) pueden tener su punto, pues el primer paso es tener unos personajes que interesen y que sufran ese día a día. Chicago Fire no los tiene. Los protagonistas de Chicago Fire producen repulsa, y uno de ellos, Taylor Kinney, es, para más inri, un actor nefasto.


Si la idea era que el espectador empatizase de algún modo y se tomase la serie como un drama de personas que se ven superadas, desgastadas y minadas por su trabajo... un fracaso garrafal. Si la idea era hacer desfilar tíos musculados para disfrute de mujeres y gays, supongo que éxito.

Nota: 3. El fuego es cutrísimo por momentos, los personajes no son creíbles y a Taylor Kinney deberían prohibirle la entrada a sets de rodaje. La idea, en cualquier caso, era salvable... pero no así.

Hunted

Y llegamos a la última serie de esta entrada. Hunted es un timo de serie. Samantha Hunter (Melissa George), que ha pasado toda su vida huyendo, se enfrenta ahora a su peor perseguidor. Pero ahora resulta que para salir de esta tendrá que plantar cara.


Melissa es una actriz horrible o este personaje se le resiste estrepitosamente. No lo sé. En En Terapia me parecía la peor actriz del reparto (hacía de Laura Hill, la mujer que se quiere acostar con el terapeuta en la primera temporada), pero no me parecía realmente horrible, pero en Hunted es casi urticante. La tía dura que solo sabe poner morritos de adolescente para foto de Tuenti. Épica en sí misma.

Nota: 2. La serie es un truño. El concepto es malo pero al menos puede molar en una serie de acción dispuesta a ser de acción con actores que aguanten el tipo.Tal como la hicieron, no obstante, es insalvable. ¡Y menos mal que la chica es más o menos mona!


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