Los mercenarios - Sylvester Stallone
Los mercenarios es una película que, pese a todas sus carencias (que son prácticamente incontables), tiene un gran mérito, una gran verdad que la ampara de casi cualquier crítica: Los mercenarios no intenta engañar a nadie. Es una película vacía de todo cuanto no sean tiros, explosiones, hostias y otras manifestaciones de testosterona importada del cine de acción de aquellos locos 80.
La peli es mala. Hay quien dirá que es «mala pero...», quizá «mala pero te ríes» o «mala pero un guiño al género» o lo que sea. Pero no, lo siento, solo es mala. ¿Tiene momentos que valen la pena? Sí, sin duda. Tiene momentos puntuales que sí son pura representación y puro guiño, pero el culto que parece haber surgido en torno a este subproducto, a esta fantasía húmeda de viejas glorias, casi todas venidos a menos, es absoluta, completa e innegablemente inmerecido.
Barney Ross (Sylvester Stallone) dirige a un equipo de mercenarios que toman las misiones que a todos los demás les parecen una locura. Y si ven que es posible llevarlas a cabo (o hay suficiente recompensa), allá van. Esta vez les tocará ir a pararle los pies a un caudillo militar sudamericano, aunque quizá las cosas no sean tan sencillas como parecen a simple vista. Y eso que a simple vista ya parece un acto suicida hasta la médula.
Es que Los mercenarios es una película de acción y solo importa la acción, ¿no? Eso es la excusa barata. Terminator 2 es una película de acción y no hay que defenderla diciendo que «para ser de acción es buena». Es buena y ya, como esta película es mala. Mala y ya. Ni «es que es de acción» ni leches.
Hay un par de actores que se defienden ligeramente (en cuanto a su interpretación, me refiero) pero el resultado es, casi de forma constante, horrible. Stallone está muy mayor para estas lides, otros se conservan algo mejor, pero en general la sensación es de estar presenciando «violencia geriátrica» y la magia que pudiera ver se rompe por completo.
—en primer lugar tenemos la contratación de los Mercenarios. Un tipo de la CIA (Bruce Willis) reúne a los jefes de dos agrupaciones de ancianos psicópatas, Ross y Trench (Arnold Schwarzenegger, quien ostenta el dudoso honor de ser el mejor intérprete de dos malas películas con muchos actores a cada cual más lamentable: Batman y Robin y esta que ocupa la reseña de hoy) y les ofrece la misión. Trench la rechaza y dice que es un suicidio y que solo un imbécil aceptaría ese trabajo. ¿Y quién es ese imbécil? Bueno, aparte de eso, que tiene gracia por sí mismo, Chuache se aleja y sale del punto de reunión, que era una iglesia, y se permiten hacer un chiste con que «es que quiere ser presidente...». El guiño queda completo y divertido.
—la otra es una escena de Tool (Mickey Rourke) en la que se articula el monólogo más largo de la película, que para más inri resulta ser la aportación más interesante de toda la película (explosiones aparte), por mucho que sea un tópico algo ridículo y bastante reduccionista. Tampoco es que tenga mucha competencia dentro de la película, claro.
Nota: 3. La película se deja ver. Pero eso es todo lo que tiene, porque la dirección quizá sea la peor que he visto nunca, los actores son infames en su mayor parte y el trabajo de guión es... digamos que muy escaso. ¿La recomiendo dentro de su género? No, hay pelis «de machos» mucho mejores que Los mercenarios... y mucho más divertidas. ¿Su fama? Ni idea, sinceramente. Quizá si se hubiesen centrado en la parte divertida del asunto la cosa mejorase, pero tal como está no creo que funcione ni como mero espectáculo de tiros y explosiones que, al menos, huyen de los efectos digitales con lo que en el futuro no se verán más cutres (a Dios gracias).
La peli es mala. Hay quien dirá que es «mala pero...», quizá «mala pero te ríes» o «mala pero un guiño al género» o lo que sea. Pero no, lo siento, solo es mala. ¿Tiene momentos que valen la pena? Sí, sin duda. Tiene momentos puntuales que sí son pura representación y puro guiño, pero el culto que parece haber surgido en torno a este subproducto, a esta fantasía húmeda de viejas glorias, casi todas venidos a menos, es absoluta, completa e innegablemente inmerecido.
Barney Ross (Sylvester Stallone) dirige a un equipo de mercenarios que toman las misiones que a todos los demás les parecen una locura. Y si ven que es posible llevarlas a cabo (o hay suficiente recompensa), allá van. Esta vez les tocará ir a pararle los pies a un caudillo militar sudamericano, aunque quizá las cosas no sean tan sencillas como parecen a simple vista. Y eso que a simple vista ya parece un acto suicida hasta la médula.
Sylvestrito, Sylvestrito, ¿quién es el peor director del mundo entero?
Y es que el trabajo de dirección de Stallone es... estoy buscando una palabra que suavice el golpe, pero no la encuentro, la verdad. Stallone como director es inmundo, así, a sacopaco. Es insoportable. Sí, incluso para ser una peli «del género». Hay escenas que tal vez merecieran la pena estando bien grabadas, pero así no. Sin más. Cámaras en mano caóticas y temblequeantes, seguimientos demasiado rápidos y primeros planos que, aparte de no tener actores que los soporten con profesionalidad, parecen no venir a cuento de nada. Todo falla. Todo.Es que Los mercenarios es una película de acción y solo importa la acción, ¿no? Eso es la excusa barata. Terminator 2 es una película de acción y no hay que defenderla diciendo que «para ser de acción es buena». Es buena y ya, como esta película es mala. Mala y ya. Ni «es que es de acción» ni leches.
Hay un par de actores que se defienden ligeramente (en cuanto a su interpretación, me refiero) pero el resultado es, casi de forma constante, horrible. Stallone está muy mayor para estas lides, otros se conservan algo mejor, pero en general la sensación es de estar presenciando «violencia geriátrica» y la magia que pudiera ver se rompe por completo.
Destellos de lucidez de una mente maculada
En algunos momentos muy concretos y escasos la película parece que ha tenido algo de trabajo guionístico detrás. Es posible que la dirección sea la cosa más esperpéntica de los últimos años, pero hay un par de escenas que bien por el humor o por la calidad del diálogo (que a poco que no sea horrible se contará entre los mejores momentos del filme) destacan bastante sobre el resto:—en primer lugar tenemos la contratación de los Mercenarios. Un tipo de la CIA (Bruce Willis) reúne a los jefes de dos agrupaciones de ancianos psicópatas, Ross y Trench (Arnold Schwarzenegger, quien ostenta el dudoso honor de ser el mejor intérprete de dos malas películas con muchos actores a cada cual más lamentable: Batman y Robin y esta que ocupa la reseña de hoy) y les ofrece la misión. Trench la rechaza y dice que es un suicidio y que solo un imbécil aceptaría ese trabajo. ¿Y quién es ese imbécil? Bueno, aparte de eso, que tiene gracia por sí mismo, Chuache se aleja y sale del punto de reunión, que era una iglesia, y se permiten hacer un chiste con que «es que quiere ser presidente...». El guiño queda completo y divertido.
Os dejo con el tráiler, si os gusta, probablemente, os gustará la película.
—la otra es una escena de Tool (Mickey Rourke) en la que se articula el monólogo más largo de la película, que para más inri resulta ser la aportación más interesante de toda la película (explosiones aparte), por mucho que sea un tópico algo ridículo y bastante reduccionista. Tampoco es que tenga mucha competencia dentro de la película, claro.
Nota: 3. La película se deja ver. Pero eso es todo lo que tiene, porque la dirección quizá sea la peor que he visto nunca, los actores son infames en su mayor parte y el trabajo de guión es... digamos que muy escaso. ¿La recomiendo dentro de su género? No, hay pelis «de machos» mucho mejores que Los mercenarios... y mucho más divertidas. ¿Su fama? Ni idea, sinceramente. Quizá si se hubiesen centrado en la parte divertida del asunto la cosa mejorase, pero tal como está no creo que funcione ni como mero espectáculo de tiros y explosiones que, al menos, huyen de los efectos digitales con lo que en el futuro no se verán más cutres (a Dios gracias).
Lo primero quiero disculparme, no suelo dejar comentarios negativos en los sitios que visito y menos en los que he acabado por casualidad, pero lo siento despues de leer esto no puedo evitarlo. ¡Menuda gapastada de reseña! ¿Que la cámara que? ¿quien se fija en eso en medio de una acción trepidante? solo puede decirse que esta película es mala si lo que se entiende por buenas películas y buen cine es sinonimo de aburrido, soporifero e infumable. Si por buen cine se entiende lo que deberia entenderse, es decir diversión, entretenimiento y satisfacción del público, entonces esta película no es buena, es buenisima, y la segunda parte una obra maestra.
ResponderEliminarMe gustaría recalcar que bajo tu definición de buen cine se cuela cualquier partido de fúbol y el show de un payaso en el circo. No obstante, incluso aceptando barco, entendiendo así que el "buen cine" es un cine apto para el gran público por definición y que la película debe ser entretenida y hacer que uno se lo pase bien, no me parecería que Los Mercenarios (no he visto su segunda entrega) fuese una buena película.
EliminarLos Mercenarios tiene un mal guión, horribles personajes y peor dirección (y si uno no se fija en ningún aspecto cinematográfico, en ninguno en absoluto, personalmente considero que pierde el tiempo delante de la pantalla).
En cualquier caso, volviendo al comentario en sí... ¿Quién se fija? Yo me fijo, por descontado; por eso veo películas, porque me gusta el cine, me gusta ver películas. Y esta película es mala de muchas maneras distintas, y defendible de una sola, como un guiño a un género que murió porque, sencillamente, ya no lo salvaba ni su madre.
Es curioso que digas que el género murió, Los Mercenarios 2 estuvo más tiempo como numero 1 en taquilla (tanto en España como en EEUU) que El Caballero Oscuro, eso hace pensar que no estaba muerto, que estaba tomando cañas.
EliminarDecir que el género de acción murió suena mas a deseo que a realidad.
No te equivoques, que no hablo del "género de acción" en sí, hablo del género de acción aburrido, sin sentido y con escasez técnica de Los Mercenarios. Esta película aprovecha el tirón de una docena de actores moribundos que traen muy buenos recuerdos sin aportar nada propio como película. Dicen que la 2, al menos, es divertida; con lo que puede que hayan conseguido acercar el estilo a generaciones que no se criaron con Schwarzenegger, Stallone y compañía, pero Los Mercenarios, como tal, me parece bastante muermo.
EliminarNo digo con esto que me aburra por ser de acción, que conste; que hay cine de acción que, en su género, me parece muy digno y al que no le pido más. Pero tampoco me vale hacer un truño de peli porque "es de acción y no importa que sea mala". No me parece un razonamiento válido, sinceramente.
Entre Batman begins y su elegancia, Hero y su hermosura, Terminator 2 y su insinuada distopía de fondo, Sin City y su ambiente noir increíble y su violencia sin tapujos, Reservoir dogs con su ensañamiento calculado, 300 y su fotografía inmersiva; entre todas estas, decía, y Los Mercenarios, hay un gran trecho, creo yo.
En cualquier caso, un placer ver que has vuelto al blog pese a nuestras discrepancias sobre Los Mercenarios en concreto.
Un saludo.