Sobre Anillos, Brujos y Fundaciones
Mientras HBO acaba «Juego de tronos», Amazon se ha puesto con «El señor de
los anillos», Netflix con «Geralt de Rivia» y Apple con «Fundación». Son
proyectos que me podrían haberme sonado increíblemente tentadores, pero no
acaba de gustarme la forma en que los están concibiendo.
A HBO le quedan por estrenar solo seis episodios de su adaptación de
«Canción de Hielo y Fuego». El producto ha sido tan abrumadoramente exitoso y,
en general, bien considerado, que los grandes contendientes de la cadena están
moviendo a toda prisa sus fichas para recoger el testigo de esa enorme masa de
espectadores y sus premios técnicos.
El señor de los anillos
El intento más evidente por seguir la misma línea es el de Amazon. Los de
Bezos, que llegaron con todo aquel rollo de que querían producir series de
calidad que no tuviesen cabida en otras cadenas (como la temáticamente atrevida
«Transparent» o «Mozart in the Jungle», la alegre comedia sobre el mundo de las
orquestas sinfónicas), han decidido que no, que les da igual todo, que ni ser
diferentes ni leches. Para adquirir la licencia de «El señor de los anillos» se
dejaron 250 milloncejos y ahora han anunciado que para producir sus 5
temporadas de 10 episodios de 60 minutos se dejarán otros 1000. Mil. Casi el
doble por temporada de lo que se está dejando «Juego de tronos» en sus últimas
entregas. Casi nada.
¿Qué me huele mal de este proyecto? El violento viraje de la producción
seriada de Amazon, el sacrificio ritual de un buen puñado de series para
allanar el terreno (presupuestario) a este coloso monetariamente insaciable… y
el hecho de que la historia principal ya ha sido adaptada con éxito hace no
mucho. Dicen que la serie será una precuela de los acontecimientos de las
novelas, pero no se sabe nada más. El universo de Tolkien es muy potente, pero
las películas de Peter Jackson están demasiado recientes. Mi mayor interés es
ver qué son capaces de hacer con ese descomunal presupuesto. No es una gran
razón para acercarse a la serie… pero es la que tengo.
The Witcher
Por otra parte tenemos a Netflix con «Geralt de Rivia», otro universo
potente que, además, cuenta con la ventaja de no tener una adaptación
cinematográfica o televisiva exitosa internacionalmente (porque en cuanto al
mundo del videojuego es evidente que sí la tiene).
¿Qué provoca mi desconfianza? Que la serie está en manos de Lauren Schmidt,
quien es verdad que escribió unos cuantos episodios de «El ala oeste», pero que
últimamente se ha dedicado a «Daredevil» y «The Defenders». Sé que al menos la
primera de estas series ha gustado a mucha gente, pero a mí su parte heroica me
pareció una chapuza. Me interesaba la historia de abogados y algún momento
ocasional de otras pequeñas subtramas, pero la forma de guiar la historia
principal entre pelea y pelea me pareció cutre y mecanicista. Justo lo que más
querría evitar en una serie sobre el brujo. En cualquier caso, este es el
proyecto que menos me escama de los tres, el que más adaptable me parece y el
que recibiré con más optimismo.
Fundación
Y por último tenemos el proyecto de los de la manzana: Fundación.
Jonathan Nolan intentó vender hace años el proyecto a HBO sin éxito, aunque
acabó trabajando para ellos al frente de «Westworld». Ahora David S. Goyer,
colaborador habitual de los Nolan y marca blanca de Jonathan, parece que ha
conseguido llevar adelante el proyecto en Apple.
¿Qué me escama? Sobre «Fundación» me escaman dos cosas. La primera es que
Apple aún no ha producido nada y no tengo ni idea de cuál va a ser su política;
la segunda es el currículum televisivo de David S. Goyer. Si echamos un vistazo
nos encontramos con la escritura de unos cuantos episodios de «Krypton», y una
lista de creaciones para echarse a temblar: la bastante mala «Constantine», la
ridícula «Da Vinci’s Demons» y también «Flashforward», cuya desesperación por
llenar el vacío de «Perdidos» resultaba insufrible. También trabajó en la
trilogía del Batman de Christopher Nolan y escribió el guión de «Blade»; pero
su trabajo en series es, como poco, descorazonador. Y «Fundación», encima,
quizá sea el proyecto más difícil de adaptar de los tres.
Veremos en qué quedan estos proyectos.
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