El gran cuaderno - Agota Kristof
Hace un tiempo, cuando empezaba con Cumbres Borrascosas, de hecho, Lucía me recomendó un libro titulado O gran caderno (el gran cuaderno) y, resumidamente, me dijo algo como "es muy bruto. Te va a gustar". Más o menos.
El libro es muy cortito, tiene 168 páginas pero hay partes en blanco entre capítulos y cada capítulo tiene entre una página y media y dos páginas y poco, así que es considerablemente más corto. La lectura es cómoda y sencilla, aunque la crudeza de algunas escenas es digna de mención y pueden atragantárseles a algunas personas.
Este libro cuenta la brutal historia de dos hermanos gemelos muy unidos que, dejados en casa de su abuela, en la aldea, durante una guerra por el peligro que asedia a la gran ciudad, crecerán solos en compañía de la sucia y malvada madre de su madre, aprendiendo por sus propios medios a resistir el dolor, el hambre, la muerte, creciendo como monstruos sin sentimientos.
El ambiente es sucio, oscuro y hostil. La narración carece de cualquier tipo de adorno; lo que llega a nuestras manos es el cuaderno que escriben estos niños; un cuaderno en el que el gran requisito es que no pueden escribir nada que no sea objetivamente cierto. Así nos encontramos un relato completamente asentimentalizado, que avanza rápidamente sin detenerse en nada.
Cada vuelta de tuerca en la trama la hace más desgraciada, más terrible, más inhumana. Y más adictiva. El gran cuaderno se lee del tirón, tiene fuerza y gancho.
Nota: 8. Adictivo, cruel, bruto y sin caer en pesadas ornamentaciones farragosas.
El libro es muy cortito, tiene 168 páginas pero hay partes en blanco entre capítulos y cada capítulo tiene entre una página y media y dos páginas y poco, así que es considerablemente más corto. La lectura es cómoda y sencilla, aunque la crudeza de algunas escenas es digna de mención y pueden atragantárseles a algunas personas.
Este libro cuenta la brutal historia de dos hermanos gemelos muy unidos que, dejados en casa de su abuela, en la aldea, durante una guerra por el peligro que asedia a la gran ciudad, crecerán solos en compañía de la sucia y malvada madre de su madre, aprendiendo por sus propios medios a resistir el dolor, el hambre, la muerte, creciendo como monstruos sin sentimientos.
El ambiente es sucio, oscuro y hostil. La narración carece de cualquier tipo de adorno; lo que llega a nuestras manos es el cuaderno que escriben estos niños; un cuaderno en el que el gran requisito es que no pueden escribir nada que no sea objetivamente cierto. Así nos encontramos un relato completamente asentimentalizado, que avanza rápidamente sin detenerse en nada.
Cada vuelta de tuerca en la trama la hace más desgraciada, más terrible, más inhumana. Y más adictiva. El gran cuaderno se lee del tirón, tiene fuerza y gancho.
Nota: 8. Adictivo, cruel, bruto y sin caer en pesadas ornamentaciones farragosas.
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