Gideon la Novena - Tamsyn Muir

El Nigrolord supremo convoca a representantes de las casas nobles en la Morada Canaán, el hogar de la primera casa, para elegir una nueva hornada de lictores. Nadie sabe a qué pruebas deberán enfrentarse y, cuando empiezan los problemas, nadie sabe si seguirán vivos un día más. ¡Viva el Nigrolord supremo! ¡Viva el Emperador imperecedero!

 Gideon la Novena (Saga de la Tumba Sellada 1) : Muir, Tamsyn, Tejera  Expósito, David: Amazon.es: Libros

Mandoble, gafas de sol y revistas de tetas

Descrito a menudo como «lesbianas nigromantes en el espacio», una descripción correcta pero, en mi opinión, imprecisa e incluso engañosa, Gideon la Novena es una historia de fantasía rápida con un estilo que combina lo recargado y pomposo con lo frenético y hasta con lo soez. Sí, hay lesbianas; sí, son nigromantes; y sí, están en el espacio; pero la novela no va de eso. Es más bien, siempre según mi opinión, una novela con «lesbianas nigromantes en el espacio». Y Gideon, la musculosa y soez caballera capital de la Novena casa, es la protagonista de esta entrega.

Gideon será la encargada de velar por la vida de la devota hija de la Novena, la nigromante Harrowhark, candidata a la lictoralidad, que es un conjunto de fragilidad física, insidia ponzoñosa y manejo de los huesos. Con las caras pintadas como calaveras, explorarán la laberíntica Morada Canaán e intentarán revelar sus secretos, todo ello mientras intentan evitar la muerte que ha empezado a cernirse sobre los representantes de las casas nobles: hay algo entre las pétreas paredes del ruinoso e inmenso palacio de la primera casa, y ese algo los está cazando uno a uno.

Los candidatos a la lictoralidad

Uno de los mayores logros de Muir es el abanico tan amplio de personajes interesantes que consigue esbozar mientras introduce y desarrolla el universo en el que transcurre la historia. El ritmo de la novela es rápido, en la línea de las historias de aventuras de corte juvenil. Supongo que podríamos decir que el formato recuerda, a su manera mezcla de barroca y chabacana, al de un Los juegos del hambre con espada y brujería nigromancia.

Si bien es cierto que todo cuanto creo que se puede hacer con los representantes de la Octava es tirarlos por un barranco (un barranco alto con piedras afiladas en su parte inferior, si es posible), el resto me parecieron unos personajes o geniales o, al menos, muy bien planteados. Es maravilloso, por ejemplo, cómo se confunden las integrantes de la Segunda casa; cómo sus identidades personales, como nigromante y como caballera, están subyugadas a la entrega al estamento militar. Esas dos son más soldados que otra cosa. Y qué decir de los integrantes de la Tercera, la Novena y la Sexta, todos ellos maravillosos. Gideon y Harrow son, como cabía esperar, constituyen un tándem espectacular; pero, con todo, mi favorito fue la comitiva formada por los representantes de la Sexta, Palamedes y Cam.

La voz narradora

Tamsyn Muir, la autora, hace lo que le da la gana a menudo y desafía con frecuencia la convención. Gideon la Novena no huye, por ejemplo, de los adverbios modales, tan denostados actualmente, y da a sus descripciones un lento y pesado toque decimonónico que choca con furia contra la voz de Gideon, que a veces se cuela incluso en los bloques del narrador. Podemos reconocer su malhablada y sarcástica voz en esos pasajes más neutros; no necesitamos una marca tipográfica para hacerlo. La voz del narrador más habitual, ese narrador neutral en tercera persona, convive con la de Gideon, que matiza y añade, y ese choque, léxico y estilístico, es fabuloso. A mí me resultó una combinación de lo más divertida, la verdad.

Resumiendo
No creo que nos encontremos ante un libro perfecto, pero creo que Gideon la Novena, que está estupendamente traducida por David Tejera Expósito, es una novela divertida, oscura, bruta y siempre solvente; una de las novelas con las que más me he viciado en años. Os la recomiendo encarecidamente.

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