Perfect Days - Wim Wenders
Un limpiador de baños públicos japonés lleva una vida sencilla, basada en la rutina y en los pequeños placeres de cenar fuera y leer antes de dormir.
Such a perfect day…
La vida de Hirayama es una vida normal, poco llamativa. Es un hombre parco en palabras, entregado a su trabajo, que realiza con ejemplar entrega y atención al detalle. Vive en un hogar modesto, lleva una furgoneta vieja en la que le gusta poner rock clásico de camino al trabajo (excelente selección, por cierto) y sus placeres consisten en sacar fotos en el parque en el que come un sándwich a diario, ir a cenar y leer antes de acostarse.
Es una vida sencilla y sin ajetreos. Lo más extraordinario, y no en el mejor de los sentidos, es su compañero de trabajo, Takashi, un joven con poca suerte con las mujeres que se dedica a poner nota a absolutamente todo.
No obstante, un día Hirayama recibe una visita y, sin saberlo, se ha embarcado en algo que le hará reflexionar sobre su vida: ¿es feliz?
Las pequeñas cosas
Perfect Days es un ejemplo perfecto de lo que se conoce como slice of life, un recorte costumbrista de la vida de alguien, un retrato de una vida común, de una vida real.
Es difícil explicar por qué esta película funciona tan bien, pero voy a mojarme y a decir que lo hace por el talento de su director, Wim Wenders, para medir el tiempo que debe extenderse cada sensación y por la capacidad de su protagonista, Kôji Yakusho, para sostener el peso de las escenas sobre sus hombros.
No estamos ante una obra que nos conquiste por la sucesión de acontecimientos en sí misma, que nos maraville con la agudeza y velocidad de sus diálogos o nos sorprenda con sus giros; y quizá eso sea lo que la diferencia, lo que la ennoblece. Se trata de una cinta con una apariencia increíblemente sencilla, pero de algún modo parece un milagro que todo funcione tan bien.
Conclusión
Probablemente sea la película que más me gustó de las que vi desde 2022, que llevo tiempo viendo muy poco cine. Hay algo en su sencillez que resulta arrebatador. Creo que es fácil salir del cine confuso, en un estado difícil de describir. ¿Está la felicidad en los pequeños detalles? En un mundo lleno de ansiedad y depresión alimentadas por un constante deseo de medrar, quizá lo sano, lo lógico, lo natural, sea hacer las cosas, por sencillas que sean, lo mejor posible y disfrutar de esos pequeños placeres que la vida pone por delante.
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