Batman: Arkham Origins - Warner Bros. Games Montreal

Recuerdo que Batman: Arkham Asylum, el videojuego de Rocksteady Studios, me sorprendió en 2010 (era de 2009, pero yo voy a mi ritmo) con su fluidísimo sistema de combate y su propuesta gráfica… demasiado camuflada por una vista de detective que nos recluía al blanco y negro con pistas resaltadas en naranja. Al final se me hizo repetitivo, y duraba unas 10 o 12 horas, pero su control del combate fue realmente impresionante, y muchos juegos de años siguientes heredaron de sus ideas y soluciones.


El caso es que, habiéndome aburrido en esas primeras horas, decidí no seguir con la franquicia del Cruzado Enmascarado en su momento. Pero aquí estamos, acabando 2018, con un recuerdo ya considerablemente borroso de la primera entrega… y un Humble Bundle que ofrecía Batman: Arkham Origins y Batman: Arkham Knight. Sí, me falta Arkham City, pero creo que me las apañaré para no perderme en las complejidades de la trama.
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Vía Fanatical.


Nuevos desarrolladores

La primera sorpresa del Batman: Arkham Origins, del que vamos a hablar hoy por su carácter de precuela, es que no ha sido desarrollado por Rocksteady, sino por Warner Bros. Games Montreal; y si algo queda claro es que las soluciones de 2009 no quedan tan bien cuando se viven en 2018. El sistema de combate de aquel Arkham Asylum, que tan fluido me pareció en su momento, no ha evolucionado un ápice: nos encontramos ante un sistema calcado de aquel, y ya no solo no resulta imponente, sino más bien decepcionante. Origins se publicó en 2013, pero ya entonces recibió palos por lo falto de imaginación y de desarrollo adicional que se apreciaba el combate. La cantidad de secuencias de lucha es abrumadora y es difícil obviar lo gris que llegan a resultar los combates más masivos… al menos hasta que nos hacemos con los guantes eléctricos, que permiten acelerar bastante los intercambios de golpes. Los hacen más fáciles, sí; pero también más breves. Gracias a Dios.


La variedad de los enfrentamientos con los jefes es destacable, pero el QTE eterno contra Deathstroke me resultó desesperante. Es cuestión de cogerle el truco, sí; pero es un truco aburrido y eterno. Horroroso. Esperpéntico. Horripilante.

Fotograma de partida. Escena de investigación.

Dejando esto a un lado, que es difícil porque las peleas son, a ojo de buen cubero, tres cuartas partes del juego; la propuesta de estos nuevos desarrolladores también tiene aportaciones positivas, como haber dotado a Batman de una mayor carga de investigación. Así como en aquel Arkham Asylum la vista de detective parecía un añadido forzado para poco más que detectar con facilidad las rendijas y respiraderos, en Arkham Origins podremos investigar crímenes y buscar pistas a través de un sistema de recolocación temporal de elementos (que simula la enorme capacidad lógico-deductiva de Bruce Wane) hasta despejar todas las incógnitas. Esto, aunque no requiere ningún razonamiento del jugador, funciona bien y de forma muy visual a la hora de mostrar al murciélago como un gran detective.


La narrativa

En Nochebuena (qué apropiado) Máscara Negra pone un precio de 50 millones a la cabeza de Batman y ocho villanos responden a su llamada. Durante los primeros compases del juego descubrimos que Máscara Negra ha sido asesinado, pero investigando el caso vemos rápidamente que hay algo más grande por debajo. Máscara Negra no ha muerto y alguien conocido como el Joker se ha hecho pasar por él para hacerse con su imperio del crimen y, mediante tan jugosa oferta, deshacerse del único hombre que podría hacerle frente.

Fotograma de partida.



Más allá de esto, es muy interesante la recreación que se hace de muchos personajes, especialmente del Joker. Se aprecia un grandísimo esfuerzo en compararlo con Batman, en mostrarlos como dos respuestas distintas (aunque no tanto) a problemas similares. Es una pequeña maravilla. No todos los villanos resultan tan interesantes como este, pero en general se nota el esfuerzo por darles profundidad.


La propuesta de «Los más buscados», a través de la que nos podemos enfrentar a Anarky, Enigma, Pingüino o El sombrerero, entre otros, nos permite ahondar un poco nuestra relación con otros villanos y variar un poco nuestro abanico de actividades. Aunque, todo sea dicho, yo no exploté demasiado esta sección. Tenía bastante con la historia principal y su interminable ristra de peleas como para añadir batallas opcionales.


Problemas

Una vez más la experiencia se me hizo muy larga. Los momentos más narrativos me dejaron satisfecho y creo que de Arkham Origins podría sacarse una buena película; pero como juego me resultó demasiado repetitivo. La sensación de combate obsoleto tampoco ayudó la verdad.


Fotograma de partida.


Por último, quiero destacar que lo jugué en PC y, a lo largo de las 18 horas que le dediqué, se me colgó media docena de veces, y tan solo en la última de ellas se dignó a sacarme una ventana de error. En las dos primeras tuve que reiniciar a machete, porque la ventana de juego, incluso colgada, tenía el foco y cualquier programa que abriese se cargaba tras ella. Acabé iniciando el juego con una ventana de Gestor de tareas permanentemente abierta en otra pantalla para poder cerrar la aplicación de Batman si resultaba necesario. Un poco rústico, pero muy efectivo.


En resumen, creo que si sois muy aficionados a los juegos de Batman de Rocksteady, probablemente disfrutaréis este (aunque Rocksteady haya ido depurando el sistema de combate y en este volvamos al primer acercamiento que hicieron). Además, la historia está bien llevada y tiene algunos pasajes muy interesantes. No obstante, mi experiencia de juego fue más bien regulera entre lo tediosas que eran algunas peleas y los cuelgues.

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