Ozark (Temporada 1) - Bill Dubuque, Mark Williams


Así como otras series de Netflix llegan rodeadas de una estupenda campaña publicitaria que apunta hacia ellas los focos, Ozark llegó sin hacer ruido y por alguna razón pasó más o menos desapercibida.

Así lavaba, así así

La serie, creada por Bill Dubuque y Mark Williams, que ya habían colaborado antes como guionista y productor en El contable y Un hombre de familia, nos presenta a Marty Byrde (Jason Bateman) y a su familia: Wendy (Laura Linney), su mujer, y sus dos hijos, Charlotte (Sofia Hublitz) y Jonah (Skylar Gaertner). Marty es asesor financiero, pero también blanquea dinero para el segundo mayor cartel de la droga mexicano y se acaba de ver metido en un lío, lo que lo lleva a proponer blanquear 8 millones de dólares en el lago Ozark, Missouri, antes de que acabe el verano. Todo con tal de salvar su vida y la de su familia.


Marty es un hombre inteligente y Ozark expone sus planes para conseguir sobrevivir, pero al mismo tiempo presenta a una serie de personajes con intereses cruzados que no le pondrán las cosas fáciles.

A tiro fijo

Uno de los grandes aciertos de Ozark es que tiene todo muy claro desde el principio: sabe a qué quiere jugar y cómo va hacerlo. Los personajes son, en general, estupendos y están muy bien trazados. Destacan el fantástico tándem formado por Marty y Wendy, y unos cuantos secundarios, como Rachel (Jordana Spiro), Buddy (Harris Yulin) y, por supuesto, los Langmore: Ruth (Julia Garner), Russ (Marc Menchaca) y Boyd (Christopher James Barker).

El texto de la serie cuida mucho las motivaciones y metas de los personajes, por lo que en todo momento sabemos adónde se dirige cada uno; aunque hay alguno peor esbozado, como Mason (Michael Mosley), que parece depender algo más del lado del que sople el viento.


La seguridad general que aportan unos personajes tan sólidos permite que muchos actores encuentren un buen apoyo para mostrar su talento. Bateman, al que conocía sobre todo por Arrested Development, demuestra ser muy convincente en el terreno dramático; Linney juega todas sus cartas y es capaz de hacer suya la pantalla en sus momentos de rencor, de ira, de tristeza y de cariño; Menchaca encuentra un punto entre la ternura y la brutalidad con el que se adueña de un montón de escenas; y Garner, con su papel de chiquilla insidiosa, con su astucia, su miseria moral y sus múltiples intenciones, es divertida y terrible. En cambio, hay unos pocos actores, como Jason Butler Harner, que se notan exagerados y resultan difíciles de creer.

El frío verano

Los Byrde se van a Missouri en verano, pero la gélida luz elegida hace que el lago parezca muy poco cálido, un lugar más oscuro de lo esperado. Vemos el sol y podemos adivinar el calor gracias a los bañistas y a esa cultura de las vacaciones veraniegas, pero la iluminación fría y la paleta de colores basada en el azul y el gris evitan toda calidez y realzan la maldad (o la absoluta ambigüedad moral, al menos) que parece emponzoñar todas las tramas que se entrecruzan en Ozark.

Esta decisión de fotografía marca toda la serie y permite que su sorprendente violencia encaje con naturalidad. El tono en el que está grabado pone al espectador en situación mucho antes de que se muestren las acciones, las decisiones y las consecuencias que definirán la serie.


Bateman, que protagoniza y produce la serie, dirige también cuatro episodios, los dos primeros y los dos últimos, y lo hace con solvencia y estilo. El primer capítulo, Sugarwood, es una presentación estupenda en la que se ponen todas las piezas en el tablero de forma efectiva, convincente y amena; el penúltimo, Coffee, Black, es soberbio; un capítulo en el que cada pequeño giro funciona a la perfección, e incluye un estupendo momento cargado de cinismo sobre la compra de armas y que sirve de vehículo a Evan George Vourazeris para lucirse.

O

A veces parece que hoy en día solo hay dos clases de títulos de crédito de apertura, los que duran casi dos minutos y tienen una increíble cantidad de trabajo encima (como los de Juego de tronos, Westworld o House of Cards) y los de cartel con el nombre de la serie durante unos pocos segundos.

Ozark está más cerca de estos últimos que de los primeros, pero lo hace con arte e interés. Cada capítulo empieza con una O en cuyo interior hay una fina cruz que define cuatro espacios, y en cada uno de ellos vemos un elemento importante para el capítulo formando una de las otras letras de la palabra Ozark.


Ahora que Netflix incorpora opción de saltarse los créditos extensos y que nadie parece cuidar los breves, es una agradable sorpresa encontrarse esta solución, esta forma de dar interés a los créditos de Ozark.

Conclusión

Seguramente se trate de uno de los mejores Netflix Originals que se hayan estrenado hasta la fecha. El plano técnico es espectacular, la tensión está gestionada con maña y el reparto tiene mucho que decir y casi todo es bueno. Hay algunos elementos que podrían estar mejor afinados, pero se trata de una estupenda primera temporada y deja buenos materiales para construir más y mejor en una segunda que, de hecho, acaba de estrenarse.


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