Chico & Rita - Fernando Trueba y otros
Javier Mariscal (el artista que perpetró esa criatura inmunda y horrible que es Cobi, la mascota fea de los juegos olímpicos de Barcelona, por si alguien es demasiado joven para ponerle cara al infame nombre), el famoso director Fernando Trueba y Tono Errando se unieron para componer una historia de jazz, amor y Cuba. Esa es la síntesis más reducida de Chico & Rita.
Chico es un pianista genial, de los mejores de su escena. Es arrogante y un imbécil de tomo y lomo, pero nadie duda de su calidad como pianista. Un día conoce a Rita y se enamora de ella. Ella, por alguna razón que no alcanzo a comprender, acaba correspondiendo su cortejo de gorila ególatra y empiezan una tortuosa y llena de altibajos relación medioemocional-mediomeramentesexual. El destino, a veces amigo y a veces enemigo, los junta y los separa entre canción y canción. Como si bailasen.
La película comienza, así, en La Habana, a finales de los 40, entre el humo del tabaco y el lujo de los clubes, entre los acordes musicales que suenan fuertes ya desde el principio. Los protagonistas se conocen y la tragedia se palpa. Son sus personajes, el ambiente de la película, el hecho de que sea española... Son demasiadas cosas, pero todos sabemos qué va a pasar. Si me apuráis, de hecho, y teniendo en cuenta la procedencia de la película, añadiré que sabemos cómo va a pasar.
La historia, movida por el sexo y la infidelidad, por el amor mutuo y a la música, por la pasión enfermiza y obsesiva de dos animales en celo, Chico y Rita deambulan, dan tumbos, se aman, se hieren, se odian, se encuentran y se separan constantemente. Enfermizamente.
La historia es muy simple. Chico y Rita se gustan. No tiene más. Ella quiere ser una gran cantante y suponemos que Chico quiere ser un gran pianista (aunque a lo mejor solo quiere ser el Ford Fairlane cubano). Para ella eso significa ir a Estados Unidos, para Chico significa, si nos ceñimos a la primera hipótesis, hacer buena música. Pero la película no necesita más, el filme se ve realzado por un dibujo que empieza pareciendo, tal vez, algo insuficiente, pero que acaba siendo puro impresionismo. El trazo en sí no importa, pero el movimiento llega a ser pura seducción. Los personajes son parte de la increíble música que abraza primorosamente la película, una banda sonora a cargo de Bebo Valdés, un conocidísimo músico al que se le considera pilar de la época dorada de la música cubana, y que es de los aspectos más grandes de la película. Personalmente, fue la música la que me hizo olvidar las carencias de la película; me daba igual el dibujo (que tardó en empezar a convencerme) y me daban igual los momentos más aburridos, típicos y ultra-de-cine-español de la película. La música, de verdad, lo compensaba todo. La música se come la película, es cierto; aunque la imagen tiene un estilo muy peculiar, a caballo entre el dibujo a mano y la digitalización (sirva de ejemplo la anterior imagen) que logra un efecto muy interesante. Lástima de rostros, que a mí, sinceramente, no me gustaron nada.
Chico & Rita se pasea por la época y salta de Cuba a Estados Unidos pero rehuye de los temas más políticos. No va de eso y no lo intenta. Es un detalle que no se intente engañar a sí misma ni a sus espectadores.
Y aquí os dejo un par de ejemplos de la música que luce Chico & Rita:
Y aquí una muestra de la voz de Idania Valdés, que pone voz a Rita:
Nota: 7. Es una película muy digna, con un apartado visual cuidado y una música que para sí quisiera grandes producciones y grandísimos compositores de la escena más yanki. Lástima de personajes, de quedarse en lo que se queda y de lo previsible y tópico (la verdad es que la historia de pasión y cuernos, lo siento, ya no da más de sí, y consigue que la ciertas partes de la película resulten algo agónicas), pero los puntos fuertes de la película compensan sus máculas con creces.
Como dato para los curiosos, IMDB tiene su presupuesto como 9,2M € (Estimado). Box Office Mojo le asigna 2,234M recaudados.
Chico es un pianista genial, de los mejores de su escena. Es arrogante y un imbécil de tomo y lomo, pero nadie duda de su calidad como pianista. Un día conoce a Rita y se enamora de ella. Ella, por alguna razón que no alcanzo a comprender, acaba correspondiendo su cortejo de gorila ególatra y empiezan una tortuosa y llena de altibajos relación medioemocional-mediomeramentesexual. El destino, a veces amigo y a veces enemigo, los junta y los separa entre canción y canción. Como si bailasen.
En esa escena, el movimiento de Rita es precioso. Un estilo más detallista no conseguiría transmitir con tanta lucidez su forma de moverse, su latina forma de moverse.
La película comienza, así, en La Habana, a finales de los 40, entre el humo del tabaco y el lujo de los clubes, entre los acordes musicales que suenan fuertes ya desde el principio. Los protagonistas se conocen y la tragedia se palpa. Son sus personajes, el ambiente de la película, el hecho de que sea española... Son demasiadas cosas, pero todos sabemos qué va a pasar. Si me apuráis, de hecho, y teniendo en cuenta la procedencia de la película, añadiré que sabemos cómo va a pasar.
La historia, movida por el sexo y la infidelidad, por el amor mutuo y a la música, por la pasión enfermiza y obsesiva de dos animales en celo, Chico y Rita deambulan, dan tumbos, se aman, se hieren, se odian, se encuentran y se separan constantemente. Enfermizamente.
La historia es muy simple. Chico y Rita se gustan. No tiene más. Ella quiere ser una gran cantante y suponemos que Chico quiere ser un gran pianista (aunque a lo mejor solo quiere ser el Ford Fairlane cubano). Para ella eso significa ir a Estados Unidos, para Chico significa, si nos ceñimos a la primera hipótesis, hacer buena música. Pero la película no necesita más, el filme se ve realzado por un dibujo que empieza pareciendo, tal vez, algo insuficiente, pero que acaba siendo puro impresionismo. El trazo en sí no importa, pero el movimiento llega a ser pura seducción. Los personajes son parte de la increíble música que abraza primorosamente la película, una banda sonora a cargo de Bebo Valdés, un conocidísimo músico al que se le considera pilar de la época dorada de la música cubana, y que es de los aspectos más grandes de la película. Personalmente, fue la música la que me hizo olvidar las carencias de la película; me daba igual el dibujo (que tardó en empezar a convencerme) y me daban igual los momentos más aburridos, típicos y ultra-de-cine-español de la película. La música, de verdad, lo compensaba todo. La música se come la película, es cierto; aunque la imagen tiene un estilo muy peculiar, a caballo entre el dibujo a mano y la digitalización (sirva de ejemplo la anterior imagen) que logra un efecto muy interesante. Lástima de rostros, que a mí, sinceramente, no me gustaron nada.
Chico & Rita se pasea por la época y salta de Cuba a Estados Unidos pero rehuye de los temas más políticos. No va de eso y no lo intenta. Es un detalle que no se intente engañar a sí misma ni a sus espectadores.
Y aquí os dejo un par de ejemplos de la música que luce Chico & Rita:
Y aquí una muestra de la voz de Idania Valdés, que pone voz a Rita:
Nota: 7. Es una película muy digna, con un apartado visual cuidado y una música que para sí quisiera grandes producciones y grandísimos compositores de la escena más yanki. Lástima de personajes, de quedarse en lo que se queda y de lo previsible y tópico (la verdad es que la historia de pasión y cuernos, lo siento, ya no da más de sí, y consigue que la ciertas partes de la película resulten algo agónicas), pero los puntos fuertes de la película compensan sus máculas con creces.
Como dato para los curiosos, IMDB tiene su presupuesto como 9,2M € (Estimado). Box Office Mojo le asigna 2,234M recaudados.
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